Por: Brianda Mendoza
Mi esposo y yo tenemos una agencia de viajes, así que siempre que un viajero que nos solicita que le armemos un viaje, imagino que es para mí y me esmero para que se convierta en una experiencia inolvidable.
En septiembre decidimos hacer un viaje a Europa para poder recomendar mayores lugares a nuestros clientes. Teníamos un mes de vacaciones para poder visitar varios países; así que mi esposo y yo tomamos nuestras maletas, pasaportes, nuestros tickets Eurail y nos fuimos a la aventura.
Después de visitar la Costa Amalfi y Roma, Italia, llegamos a la estación de tren para tomar uno que nos llevara a Praga, sin embargo como llegamos tarde, el único tren que había era con destino a Viena, Austria.Ya habíamos visto fotos en google de Viena pero no nos impresionó, de todas maneras, un poco tristes tomamos el tren a Austria y decidimos ir, pues no había otra opción.
Nuestro viaje quedó muy grabado en nuestras mentes porque las vistas que vimos en el tren fueron impresionantes. La gente en Austria es extremadamente amable, las calles, los autobuses y las tiendas se encuentran impecablemente limpias. La cultura, los museos, la ópera; hay tanto para ver y conocer en esta ciudad.
A tan sólo unas horas se encuentra Innsbruck, una ciudad encantadora en medio de impresionantes montañas. En Innsbruck hay una gran facilidad para moverse y conocer los lugares más emblemáticos, aunque la ciudad es pequeña y tiene menos de 125,000 habitantes, la ciudad te enamora desde que llegas. Estar rodeado de los Alpes es impresionante, puedes pasar horas tan solo sentado deleitando la magnífica creación que te rodea.
No existe nada como fotografiar todo en tu mente, dejar a un lado la cámara y disfrutar de los paisajes para recordarlos toda la vida, las fotos se pueden borrar o perder, pero los recuerdos nos marcan y son para siempre.