Curiosidades

Cinco desiertos increíbles para viajar

Foto: 123rf

Pisar un desierto es como aterrizar en otro mundo: paisajes infinitos, cielos estrellados, dunas que cambian con el viento y una sensación de libertad absoluta. Más allá del calor o la arena, los desiertos nos invitan a detenernos, mirar lejos y reconectar con lo esencial.

Si te animas a vivir esta experiencia, aquí te comparto cinco desiertos alrededor del mundo que vale la pena explorar —y cómo hacerlo.

Desierto de Merzouga, Marruecos

En el corazón del Sahara marroquí, Merzouga es probablemente el desierto más cinematográfico de esta lista. Dunas altísimas de arena dorada, caravanas de camellos al atardecer y campamentos bereberes donde se duerme bajo un cielo lleno de estrellas. Merzouga está a unas 9 horas por carretera desde Marrakech, pero el viaje vale cada curva.

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Una de las mejores formas de conocerlo sin complicarte es tomar una excursión de 3 días desde Marrakech con Civitatis, que incluye transporte, guía, noche en haima y paseo en camello. Es perfecto para quienes quieren vivir la experiencia completa sin preocuparse por la logística.

Consejo viajero: Llévate un pañuelo para protegerte del sol y la arena, y abrigo para la noche. En el desierto, las temperaturas bajan en serio.

Desierto de Atacama, Chile

Considerado el desierto más árido del planeta, el Atacama parece sacado de Marte. Está en el norte de Chile y tiene una variedad de paisajes que sorprenden: salares, géiseres, lagunas altiplánicas, formaciones rocosas esculpidas por el viento y pueblos como San Pedro de Atacama, que sirven como base para explorarlo.

Imprescindible: ver el amanecer en los géiseres del Tatio, flotar en la laguna Cejar y esperar el atardecer en el Valle de la Luna. Y por la noche, prepárate para ver una de las bóvedas celestes más limpias del mundo.

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Consejo viajero: San Pedro de Atacama es uno de los mejores lugares del mundo para la observación de estrellas. Si quieres conocer más de estos astros mientras los observas esta actividad es indispensable.

Desierto de Tabernas, España

¿Sabías que en Europa también hay un desierto? El de Tabernas, en Almería, es el único oficialmente catalogado como tal. Su clima seco y paisajes polvorientos hicieron que en los años 60 fuera escenario de cientos de películas del viejo oeste y spaghetti westerns.

Hoy puedes recorrer algunos de esos escenarios convertidos en parques temáticos, como Oasys MiniHollywood, y a bordo de un 4×4 ¡ideal para los fans del cine y la aventura!

Foto: Wikimedia commons

Es una escapada perfecta si viajas por Andalucía y quieres algo diferente entre Granada y Almería.

Consejo viajero: Lleva protector solar y mucha agua, incluso en invierno. El paisaje es árido todo el año.

Desierto de Namibia

Namibia es uno de los países más espectaculares del continente africano, y buena parte de su territorio está cubierta por desiertos. El Namib, uno de los más antiguos del mundo, ofrece postales inolvidables: dunas gigantescas de color rojo en Sossusvlei, esqueletos de árboles petrificados en Deadvlei y la costa salvaje de Skeleton Coast.

Este es un destino para viajeros más aventureros, pero también para quienes buscan soledad, silencio y paisajes imposibles de olvidar.

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Consejo viajero: Lo ideal es alquilar un 4×4 y recorrer el país a tu ritmo. Hay lodges y campamentos para todos los presupuestos, pero conviene planear el itinerario con tiempo. Sin embargo, si prefieres tener todo planificado con antelación, una excelente opción es reservar un tour por el desierto de Namibia. 

Desierto de Pinnacles, Australia

En Australia Occidental, a unas 2 horas de Perth, se encuentra el Parque Nacional Nambung, donde se alzan los Pinnacles: millas de columnas de piedra caliza que surgen como esculturas naturales entre la arena. No es un desierto tradicional de dunas infinitas, pero su paisaje lunar y surrealista lo convierte en un lugar único.

Puedes recorrerlo en coche o tomar un tour desde Perth que incluye visita a las dunas de Lancelin, donde además puedes practicar sandboarding.

Foto: 123rf

Consejo viajero: Si te interesa la fotografía, ve al amanecer o al atardecer. La luz hace que las formaciones rocosas parezcan encenderse. Los desiertos no son solo lugares de calor y soledad. 

Los desiertos son territorios que invitan a la introspección, la conexión con la naturaleza y el asombro. Ya sea bajo durmiendo las estrellas en Marruecos o contemplando los géiseres del Atacama, viajar a un desierto es una experiencia que te transforma.

¿Listo para empacar y explorar el infinito?