El ambiente en el restaurante Terra Mia, una oda a la cocina napolitana, parece diseñado para transportarte directamente a Italia y ahora permite a sus comensales meterse ¡hasta la cocina! con un taller de pizza.
Al llegar, el Chef Cristian Pastrana nos recibe con la promesa de una tarde llena de autenticidad: no solo disfrutar de la pizza, sino ser parte de su creación en su taller de comida napolitana.
El curso comienza con una breve introducción sobre los ingredientes esenciales. Desde el siglo XIX, la pizza ha sido un símbolo de simplicidad y perfección. Harina, queso, tomate, albahaca: ¿qué puede salir mal? Bueno, pronto descubrimos que aunque los ingredientes son sencillos, dominar la técnica es otro nivel.
El chef nos guía paso a paso, comenzando por amasar la masa. Es un proceso catártico; tus manos se hunden en la harina y el agua, moldeando lo que pronto será la base de uno de los platillos más icónicos del mundo. El truco está en sentir la textura correcta, ni demasiado suave ni demasiado rígida, como si buscaras ese punto ideal entre el caos y la perfección.
El siguiente paso es elegir los ingredientes. Aquí es donde Terra Mia se luce: cada elemento ha sido seleccionado con esmero. El jitomate tiene la acidez perfecta; la mozzarella, importada desde Italia, es cremosa y rica; la albahaca aporta ese toque fresco y herbáceo. También pueden optar por poner jamón, aceitunas y alcachofa.
Todo esto va sobre la masa que hemos trabajado, como si estuviéramos creando arte y la última pincelada es un toque de aceite de oliva.
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Mientras la pizza se hornea, pasamos a preparar un Limoncello spritz, un cóctel que resulta ser una revelación. Aprendemos que el limoncello es mucho más que un licor dulce: en la barra nos muestran cómo combinarlo con prosecco y un toque de soda para crear un equilibrio entre el dulzor y la frescura, perfecto para acompañar la pizza.
El proceso es simple, pero el resultado es elegante y refrescante.
Finalmente, la pizza sale del horno, burbujeante y dorada. El primer bocado es pura satisfacción: la corteza está perfectamente crujiente por fuera y suave por dentro, el queso se derrite en la boca y el tomate aporta una explosión de sabor. Cada bocado es un recordatorio de por qué la pizza napolitana ha conquistado el mundo.
El curso también incluye una ensalada y unos ravioles para compartir, pero honestamente, la pizza es la estrella ¿cuántas veces puedes disfrutar una hecha por ti mismo en un horno de piedra?
Todo se cierra con un postre para compartir que resulta ser el toque dulce perfecto para terminar la experiencia.
Costo: $1,200 por pareja. Para realizar el taller de pizza, pueden reservar por whatsapp el número 55 2190 7700 o en su perfil de Instagram. También hay experiencias para realizar con grupos más grandes.
Dónde: José María Velasco 110, San José Insurgentes, Benito Juárez, 03900 Ciudad de México, CDMX.
La experiencia no solo te da una comida increíble, sino que te permite conectarte con la tradición culinaria de Nápoles de una manera muy personal.
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