Colaboraciones

Relax time en Ciudad de México 

Por: Vane Villalva 

Imagínate un lugar donde el lujo y la elegancia se encuentran con la vida cotidiana de los simples mortales, como tú y como yo, pero sobre todo como tú, jajaja broma. Eso es el Hyatt Regency Insurgentes. 

Primero que nada, entras al lobby con olor a gente que no sabe que es un abono chiquito y te reciben en recepción con un “Bienvenida al Hyatt Regency”, seguido de una sonrisita. 

Entre turistas confundidos y empresarios con prisa, ahí estaba yo… existiendo. El recepcionista me dijo “Elevador a la izquierda, 6to piso, habitación 617”. Pero claro, como buena turista, acabé en el tercer piso, habitación 325, preguntándome por qué mi tarjeta no funcionaba, subiendo y bajando y viendo solo como la gente sí llegaba a su piso y yo no, y haciéndome la que estaba en total control de la situación aunque por dentro estuviera muerta de vergüenza. 

Después de resolver el misterio del elevador, llegué a mi habitación. Aquí es donde empieza la verdadera comedia. Intenté abrir la puerta, pero la tarjeta decidió que no quería chambear ese día. Después de varios intentos y la ayuda de un empleado, por fin entré. La habitación era super linda, impecable; me hice un cafecito, me puse la bata, ¡Yo jamás uso bata! Pero me gusta andar de inventada, prendí la pantalla de plasma, y vi un programa cuyo tema era “mi hermana le perrea a su maestro”. 

Decidí bajar a comer al restaurante del hotel, reflexionar por qué la hermana le perrea a un maestro y porque YO estaba viendo eso, en fin, comí pasta con camarones y una pavlova, mi postre favorito. Me tocó el restaurante vacío así que los meseros solo me veían comer, y yo los veía de vuelta y ellos me volvían a ver y así . 

Después decidí que era momento de ejercitarme porque, me parecía importante que aunque esté pagando la mensualidad de mi gym y que no me haya parado ahí más que 2 veces en el mes, hay que mantener la disciplina y seguir de inventada usando el gym del hotel, así que fui, usé los aparatos, el gimnasio está equipado con lo básico para que no pierdas la rutina. 

Luego como me ejercité demasiado me pedí room service, salmón , jugo verde, ¿jugo verde para cenar? ¡Sí! Y soporta, soy fit y tenía que comer sano después del gym, ahh y un postre de chocolate. 

Usé varias veces el baño porque me tocó con vistas a oficinas y quería ver lo que se sentía ser observada por los de recursos humanos. 

El hotel tiene todas las comodidades, no solo el gym, área de trabajo, spa, y un par de restaurantes para comer o tomarte unos drinks sin tener que salir del hotel, aparte de que está ubicado estratégicamente y tienes acceso a una plaza, bares, más restaurantes, tiendas, de todo. 

Conclusión

Excelente ubicación, comida rica, comodidades, acceso a todo a unos cuantos pasos, recomendado para los que buscan todo incluido en un solo lugar, si vas en familia o por trabajo el Hyatt es para ti.