Por: Diana Gpe. Villanueva Jiménez
En el 2021, todos le temimos al covid en mi familia, específicamente en mi hija mayor que le dejó una secuela de trombosis cerebral, fueron meses de recuperación muy lentos y de incertidumbre, con el paso de los meses ella iba mejorando, desde el 2020 habíamos planeado un viaje a la playa, y se pospuso por covid, el 2021 por ella, en 2022 el panorama se iba aclarando para todos en la familia, y dijimos que era momento de olvidarnos de la tristeza que nos atacó el año anterior, y celebrar la vida que nos permite seguir juntos.
Siempre fue mi sueño ir a París, sin embargo creí que lo haría cuando llegara a la tercera edad, lo veía muy lejano, fue entonces que dijo mi esposo “¿y por qué esperar? si podemos ir este año” entonces pensé “¿porqué no?” Si hemos visto de cerca a la muerte y no sabemos lo que sucederá el día de mañana, así que nos preparamos para cumplir este sueño que se haría realidad en menos tiempo de lo esperado y todos juntos, mis 3 hijos, mi esposo y ¡nos llevamos a mi mamá también!
Viajamos 10 días; con una agencia de viajes contratamos el hotel y los vuelos, ya que gracias a los videos de Alan, nos animamos a irnos por nuestra cuenta, sin tour e hicimos caso de sus consejos; cómo comprar los boletos para la Torre Eiffel, para el Louvre, etc.
¡Mil gracias por inspirarnos, Alan!, cuando decías sobre el JetLag, yo estuve incrédula, lo admito porque mi pensar era ¿Cómo puedes sentir cansancio andando en París!? Pero la verdad es que te quedaste corto, qué barbaridad, nunca en mi vida había sentido tanto cansancio junto, jaja pero ¡qué belleza!
Al día siguiente de nuestra llegada lo primero que habíamos programado era ir a la Torre Eiffel, juro que al llegar ahí fue una emoción que no creía que me estuviera pasando, no dejábamos de tomar videos, fotos; estábamos ansiosos ¡como si nos la fueran a quitar de ahí! Jaja, mientras iba digiriendo lo que veían mis ojos, entre todos buscábamos la fila de entrada para subir, ¡arriba, fue una vista tan impresionante! No me quería bajar, desde arriba veíamos el Campo Marte, Trocadero, el Río Sena y les decía a todos, ¡vamos allá y allá!
Terminamos nuestro tour arriba, y nos fuimos a comer frente a la torre, hicimos un picnic frente a la Dama de Hierro, ¡qué sensación tan espectacular! Todo era felicidad y mucho cansancio, pero no nos importó, caminamos por Campo Marte, después nos regresamos hacia el Río Sena y fuimos a Trocadero, ahí se nos acercó un vendedor de souvenirs, fue tan amable, y nos tomó varias fotos divertidas con la Torre de fondo. Se nos hizo de noche y vimos la Torre Iluminada, que emoción fue para todos. Nos llenábamos de esta imagen.
Al siguiente día, visitamos el Museo de Louvre, caminamos por todo los Jardines de Tullerías donde mis hijos disfrutaron de la imponente y majestuosa rueda de la fortuna, ¡qué gigantesca!
Al día siguiente, fuimos a Disney, nos llovió pero no importó, y por no querer irnos de ahí se nos hizo muy tarde y ¡nos cerraron el metro! Fue una odisea llegar al hotel, jaja.
Al siguiente día visitamos El Arco del Triunfo, que majestuosidad, recorrimos los Campos Elíseos, ¡comimos macarons, deliciosos! Fuimos a las Galerías Dior, visitamos el museo Picasso, recorrimos los Jardines de Luxemburgo; el domingo visitamos los Jardines del Palacio de Versalles, en trenecito, por aquello del cansancio, visitamos el Trianón, la casa de Maria Antonieta; ese día nos sobró tiempo y regresamos a la Torre.
Los demás días fuimos al Barrio Latino en busca de comida mexicana, que cómo se extrañó, fuimos a Notre Dame, pero estaba en reconstrucción, por la noche hicimos un recorrido por el Sena, y fuimos a Moulin Rouge al show.
Visitamos Barrio Montmartre donde un artista dibujó a mi hijo, visitamos Sacré Coeur, y fuimos al Opera de Garnier, de la cual me enamoré desde que la vi en uno de tus videos. Nos faltaron muchos sitios por conocer, sin embargo quedamos muy contentos, fue un viaje inolvidable, este año haremos otro viaje en familia, ¡nos vamos a Italia!