Por: Lizeth Cuellar Salgado
El título de mi historia es Resiliencia, el viajar nos cambia por completo, tengo 43 años y te puedo decir con todo orgullo que he viajado a más de 69 países. Algo que nunca pasó por mi cabeza, viajo sola y es lo mejor que me ha podido suceder.
He tenido la oportunidad de llorar, reír, aprender, ser mejor persona con cada país, cada paisaje, cada guía en mis tours.
Además de pláticas espontáneas con cada persona en cada lugar como cafeterías, restaurantes alrededor del mundo. La gente es tan amable y me han hecho aprender tanto que jamás me alcanzará la vida para dar gracias por tanto que me ha dado el viajar alrededor del mundo.
Yo comencé a viajar a los 18 años de edad, la primera vez quería ir a Nueva York y fui a solicitar mi visa y me fue denegada. Así que al final terminé visitando Europa y ese mismo año Canadá. Creo es muy cierta la frase y el hecho de que hay planes más grandes para nosotros.
Debido a esos dos viajes mi insistencia y resiliencia por viajar creció más y más. Yo tenía un trabajo normal de oficina de lunes a viernes y trabajé para pagarme la universidad e incluso una maestría, pero seguía sin viajar como yo quería. Aunque no lo niego quería viajar más y más lejos.
Debido a este trabajo estable logré tener mi visa para Estados Unidos y fui a New York, por supuesto. Tenía el corazón roto por un desamor y en Times Square fue donde llorando decidí que debía buscar más y viajar más.
Me regresé a Puebla y renuncié a mi empleo de oficina y compré un ticket de solo ida a Cancún, fui tan afortunada que me contrató un prestigioso hotel sin experiencia hotelera. Ya que yo estudié administración y mi maestría es en negocios.
Fui a hacer una entrevista para los cruceros y por supuesto dijeron que necesitaba más años de experiencia. Seguí resiliente en el hotel trabajando y pasaron un par de años. Yo era tan feliz trabajando en el mar que olvidé lo de los cruceros. Un día de descanso estaba en mi camita viendo Facebook y redes sociales, y vi que habría un evento de reclutamiento, así que tire la sabana literal y me arreglé para ir al hotel en dónde era el evento. Afortunadamente yo siempre he tenido el hábito de despertarme temprano, así que llegué a tiempo. Había mucha gente esperando, recuerdo bien, llevaba un libro y me puse a leer hasta que pasó mi turno.
Aún recuerdo cómo el reclutador me dijo, te gustaría trabajar para los cruceros de Disney y mi corazón palpitó tan rápido que no lo podía creer. Además, yo para ese entonces ya tenía 34 años de edad, para mí eso no era algo que podría suceder.
Y pues fui resiliente y fui paso por paso. El proceso fue largo hasta que dos meses después llegó el correo que me hizo cambiar mi vida por completo. En este correo decía usted ha sido aceptada para trabajar. Yo seguía sin creerlo hasta que comencé a tramitar documentos y visa. Wow, mi corazón seguía palpitando tan fuerte.
Hasta que ocho meses de larga espera me asignaron mi primer barquito y yo seguía sin poderlo creer. Fue duro pero se logró hacer un primer contrato de cuatro meses. Tiempo después me gustó ese ambiente y ahora llevo ya trabajando ocho años y 4 meses.
Mi vida cambió a mis 35 años de edad, radicalmente comencé a viajar con el crucero y tenía dinero para ir a dónde yo quisiera viajar gracias a mi trabajo. Ya casi acompleto mis maravillas del mundo, solo me falta la Muralla China. Y he tenido la oportunidad de viajar a más de 69 países y los que faltan.
Ya tengo mi visa de turista de Estados Unidos y ahora ya voy y vengo, qué ironía, jamás nadie hubiera pensado que me fue negada y mi corazón se destrozó.
Mi historia podría seguir y seguir pero me gustaría compartir con el mundo lo importante que es ser resiliente con nuestros sueños. Yo con lágrimas en mi cara he visto lugares que jamás hubiera pensado ver y que me apasionaba escuchar en mis clases de historia y geografía.
Otro factor al que me enfrenté al principio fue el hecho de viajar sola, como mujer, la gente habla sin saber. Me enfrenté con malos comentarios, incluso del tipo te van matar. Hasta que fui valiente y comencé a poner un alto a esas personas, perdí gente en el camino, claro que sí. Y no me arrepiento. Incluso les llegué hacer la broma de como hablas de algo que no conoces y puedes hablar mal de los países, si tú ni a Cholula sales. Yo soy de Puebla, entonces Cholula es un Pueblo Mágico muy cercano.
Sean valientes y peleen sus propias batallas. Nunca pierdas la fe y la esperanza de lograr y ver tus sueños y metas hechas realidad.
Sigue adelante y tú corazón te llevará a tu destino y a los lugares que perteneces. Jamás dudes que te mereces lo bueno que estás recibiendo. Se agradecido y vive cada viaje con todo tu corazón y tu alma.
Explorando el mundo con Lizeth La Mexicanita
Gracias espero les haya gustado mi historia.