Por: Montserrat Pérez Nonato
Han visto esos fantásticos cuadernos de viajes llenos de anotaciones, tickets de viajes, dibujos y siempre han querido realizar uno?
Pues es una comunidad a nivel mundial.
Hace algunos años conocí a un grupo de dibujo llamado Urban Sketchers México, enseguida me identifiqué, era un grupo que no juzgaba tu manera de dibujar y que abrazaba a todas las personas que se presentaban a dibujar sin importar su nivel de representación.
Eso me abrió la mirada a grupos en todo el mundo que hacen esto de manera periódica.
Grupos que plasman su entorno en libretas con la técnica de su preferencia.
Empecé a seguirlo en Instagram y empecé a formar la idea de hacer mi cuaderno de viaje, sentí que no tenía la capacidad de hacerlo, pero lo convertí en una meta.
Empecé haciéndolo en la ciudad, me encanta la Ciudad de México, el grupo se reúne en diferentes puntos de la ciudad 2 veces al mes, dibujamos un par de horas y nos retiramos a nuestras casas, a comer y a veces a seguir dibujando en otro lado. Suelen ser lugares turísticos, algunas veces exploramos un poco mas.
El siguiente paso, dibujar en un viaje, así nos fuimos a Colombia.
Empezamos a buscar itinerarios, lugares, estancias y coincidió que existía un grupo de urban sketchers en Colombia, en la Ciudad de Medellín.
Nos pusimos en contacto con ellos por medio de facebook, y arreglé que mis fechas de viaje coincidieran con un evento en Medellín.
Viajé con mi novio una semana a Colombia, y nos encontramos con este grupo.
Sin conocernos previamente, sin platicar previamente, sin siquiera una foto para reconocernos, llegamos al punto de reunión. Nos presentamos y ya nos esperaban. No digo que no fue incómodo empezar la conversación, pero no duró ni 10 minutos cuando todo fluyo. Nos llevaron a una zona nada turística al final de la línea “J” del metrocable, nunca hubiéramos ido ahí por cuenta propia, pero tenía una vista espectacular de Medellín desde lo alto. Dibujamos con ellos un par de horas y luego nos quedamos con ellos echando la chela en un parque del prado. Estábamos con 15 o tal vez más de los miembros del grupo platicando por horas como si fuéramos amigos de toda la vida. Nos hicimos amigos, nos divertimos mucho. Obviamente nos dieron sus recomendaciones, que mejor que conocer la ciudad de la mano de un local que además entiende tu gusto por el dibujo.
Desde ese momento dibujo cada lugar al que voy, pero si hay un grupo de dibujo, es mejor.
Ya no solo es viajar para conocer, es viajar para dibujar.
En Europa se da el fenómeno de que estos grupos de sketchers los conforman principalmente amas de casa, médicos, abogados, principalmente jubilados que buscan un hobbie, es el caso contrario de los grupos de américa del sur, centroamérica y México, los grupos son de personas jóvenes, estudiantes de carreras de diseño gráfico, arquitectura, diseño industrial o afines. Me he preguntado muchas veces si es por ser tercermundistas, no nos permitimos un hobbie porque nuestro tiempo es dinero, y si no lo ocupamos para generarlo, no lo vale y es, cuando estamos estudiando, cuando tenemos el tiempo de desarrollar estas habilidades.
Del mismo modo contactamos a Urban Sketchers Milán y fue espectacular.
Gracias a google translate logramos organizar una reunión para vernos. No saben lo afortunados que fuimos, sin hablar el mismo idioma conocimos a un grandioso grupo, dibujamos con ellos, comimos con ellos, fueron tan fraternales con nosotros. Vimos lugares que no estaban en nuestro itinerario, comimos delicioso fuera de lugares turístico e hicimos amigos. Solo por el sketch llegamos a este grupo.
Y así seguí viajando por España, Sudamérica, México.
Dibujamos a los lugares que vamos en nuestro entorno inmediato. Intentamos dibujar situaciones más que lugares, pero la maña del arquitecto no se quita.
Además de la experiencia de conocer otros grupos del mundo, está la experiencia de la gente que te ve dibujar. Viajamos a Cuba por el cumple de mi Novio, solo un fin de semana de sólo dibujar. De por si, Cuba es un lugar muy cálido y amistoso, y la gente te ve dibujar y se detiene y empieza la conversación. Una señora se acercó y nos dijo “no tienen dinero para una cámara, por eso dibujan”. Le explicamos que es nuestro pasatiempo, y se quedó a vernos dibujar. Contándonos anécdotas de su vida, de la calle en la que estábamos, de todo.
Dibujar, te obliga a detenerte, sentarte un momento, te enseña el modo en el que se mueve la gente en este espacio, que hacen, cómo usan ese espacio, identificar a los locales, como esta compuesto el lugar, que elemento vas a dibujar, como le da el sol, detalles que no notaste a primera vista, realmente a mirar porque lo quieres plasmar, es un gran espectáculo solo detenerte a observar. Es un recuerdo que te llevas del lugar que no lo va a captar una foto, ni un guía ni un recorrido. Tu generas tus propios recuerdos.