Por: Edith Reyna Puente
Conocí a Chris y Sarah recientemente en Japón, esa mañana de domingo platicamos un buen rato mientras yo intentaba prepararme un café en casa de Luis, tanto ellos como yo éramos huéspedes ahí.
Realmente fue poco el tiempo o así me lo pareció. Intercambiamos algunas historias, la suya que a mí me impactó, pues estaban viajando por el mundo, habían dejado todo para hacerlo y no tenían intención de volver a su rutina anterior (de trabajo, rutina, consumismo, etc.) En la plática comentaron algo que me dejó pensando hasta el día de hoy: “todas nuestras pertenencias están en estas maletas (2 maletas backpack grandes), no tenemos nada más” y Sarah agregó “y creo que me desharé de algunas cosas, porque pesa mucho”.
Su travesía había empezado un mes y medio atrás, ya tenían un mes en Japón y aún les faltaba más tiempo, “no alcanzas a conocer todo” comentaron. Esa mañana salí tarde a pasear aunque, creo que valió la pena mi tiempo invertido conociéndolos, además fue un día lluvioso. En la noche los volví a ver, platicamos algunas cosas, y al siguiente día yo me fui a Kyoto.
Mi sorpresa fue que a mi regreso (3 días después) Sarah me recibió con un cálido y largo abrazo, me dijo “Edith, que bueno que te volvemos a ver”, platicamos y no nos despedimos, los invité a cenar pero había otros planes para ese día, y yo ya no estaría el siguiente día.
Así que no creo volver a verlos, son una hermosa pareja, agradables, platicadores, respetuosos, amorosos, que están viviendo al máximo mientras conocen el mundo, pero los recordaré siempre, porque estas cosas son las que realmente vale la pena experimentar.
Desde ese día he estado pensando mucho en lo que aprendí de ellos, porque a pesar de querer viajar ligera, terminé a mi regreso con 4 maletas, mi backpack y una bolsa. Pensé mucho en eso que dijo Sarah… sobre todo cuando tuve que cargar cada maleta, me decía: “¿es realmente necesario todo esto?”
Si pudiéramos hacer un ejercicio de poner en una maleta nuestras pertenencias más valiosas y realmente necesarias para el camino, y cargarlas por un día o incluso unas horas, yo creo que nos empezaríamos a preguntar si realmente es necesario lo que cargamos, tal vez en poco tiempo estaríamos cansados y adoloridos por el peso y sacaríamos aquello que tanto pesa y no es importante para nuestro camino.
Muchas veces he intentado deshacerme de muchas cosas innecesarias, y yo creo que el cargarlas en la espalda es un buen ejercicio, porque debes tomar decisiones sobre qué se queda y qué se va.
Creo definitivamente que esto aplica también a sentimientos, pensamientos y emociones que cargamos y no son necesarias, que nos agotan, que nos quitan la energía, la alegría, y nos ponen de mal humor.
Chris & Sarah son unos viajeros con los que coincidí en tiempo y espacio, pero que dejaron algo en mi, sin saberlo, me gustaría mucho que también yo pudiera dejar algo así en la gente que pasa por mi camino, tal vez algún día pueda dejar algo significativo en ti, o en cualquier otro viajero que se cruce en mi camino. Mientras tanto, cada día camino agradeciendo las hermosas coincidencias que Dios pone en este camino llamado vida.
Gracias, Gracias, Gracias.
P.D. P.D. No hubo tiempo de tomarles fotos a Chris & Sarah