Al sur de la Ciudad de México se encuentra uno de los sitios más visitados por locales y visitantes por su importancia histórica, oferta de entretenimiento y con una tradición centenaria.
Xochimilco, que significa campo de flores en náhuatl, es una de las 16 alcaldías de la capital. El crecimiento de la metrópoli ha ido reduciendo paulatinamente la cuenca lacustre del Valle de México, quedando como vestigio del Lago de Xochimilco (uno de los 5 cuerpos de agua de la zona) los canales que hoy recorren las trajineras.
Estas embarcaciones hechas de madera transportan entre 10 y 25 personas, convirtiéndolas en una excelente manera de celebrar o disfrutar un rato agradable sobre el agua. Si bien es muy popular para las familias y amigos comer y beber sobre una trajinera en Xochimilco, les compartimos una opción un poco diferentes para lanzarse este fin de semana.
¿Qué son las chinampas?
Antes que nada, tenemos que responder una pregunta ¿qué es una chinampa? De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural Blog, “la chinampa es un método de cultivo que se utilizaba por los mexicas para ampliar el territorio en lagos y lagunas del Valle de México y en las que cultivaban flores y verduras”.
Esta técnica, que buscaba ganarle espacio al agua para poder sembrar y cosechar, fue declarada por la UNESCO, en 1987, Patrimonio de la Humanidad. Actualmente, muchas de estas chinampas ya no se utilizan para la agricultura y en pro de recuperar este importante espacio, se han comenzado a realizar actividades con los visitantes en cooperación con los productores y comerciantes de la zona.
Música y comida, ¿qué más podemos pedir?
Bajo esta premisa, el equipo de Sound Travel realiza actividades en la zona y en Alan por el Mundo tuvimos la oportunidad de pasar una tarde muy agradable con su tour musical de primavera.
Tras embarcarnos en la trajinera Seven Conejos y un recorrido con música de saxofón en vivo, dulces para abrir el apetito y una plática amena, llegamos a la chinampa donde comenzó una comida digna de Fudis por el Mundo.
Los platillos fueron una ensalada con pasta y un aderezo de frutos rojos que contrastaba los sabores. Nuestro postre floral estuvo a cargo del chef Abimael Arizmendi y cerramos la comida con pulques y curados de Pulmón de Villa.
Con la panza llena y el corazón contento, regresamos a la trajinera para seguir comiendo (no nos dejaban de consentir). En esta ocasión, fueron tapas de carnes frías y quesos, acompañadas de cerveza artesanal elaborada en Xochimilco.
La música en vivo fue el soundtrack de nuestro viaje, en el cual tuvimos la oportunidad de visitar una chinampa dónde se sembraban flores y adquirimos una maceta de lavanda, ¡que bien olía todo!
También, visitamos un ajolotario para conocer más sobre esta especie originaria de esta zona y concientizar sobre su cuidado, la venta ilegal y lo que podemos hacer para ayudar a su conservación.
Finalmente despedimos los últimos rayos de sol en un espectacular atardecer acompañados de nuevos amigos, música y una que otra sorpresa, ¿se animarían a realizar este tour musical?
Para más información sobre esta y otras actividades como picnics y amaneceres en trajineras, chequen las redes sociales de Sound Travel.