Por: Alejandro Hernández Escobar
Siempre, desde chico mi padre nos acostumbró a viajar y conocer lo más que se pudiera de cada lugar, disfrutando de muchas anécdotas; ahí tomé el gusto por viajar.
Después fue con los amigos, con la novia, en familia y finalmente solo.
Quizás esta es la etapa que más estoy disfrutando de viajar: sin ataduras y a donde el destino me quiera llevar, sin un horario fijo y con solo un par de piernas dispuestas a caminar.
Dentro de esos viajes mi cámara de video fue un artículo que siempre cargue conmigo, una botella con agua y un mapa, ¡cuánto se puede recorrer sin pensarlo!
Nueva York fue de esas ciudades que, cual si fuera nómada, la recorrí de punta a punta cada calle, toda su extensión. De ahí me surgió el deseo por correr, practicar ese deporte que llaman ” running”, y entonces fue cuando los viajes tuvieron más de un propósito: correr un maratón y después hacer un recorrido maratónico por las ciudades que los organizan: Chicago, Boston y más recientemente Toronto.
¿Pensar que es muy cansado? para nada, justo es decir que bien entrenado se puede realizar ambas actividades, pues el entusiasmo está a flor de piel.
Otra de las cosas que ha cambiado mi forma de viajar (evolucionar mi forma de viajar) es el uso de los airbnb, en algunos he conocido a personas que después se convirtieron en excelentes amigos. Casi desde que surgió esta plataforma la empecé a utilizar, al principio con miedo e incertidumbre de saber si el hospedaje estaría como en las fotos. Algunos ciertamente me sorprendieron, superaban con creces su reseña, otros la pasaban sin pena ni gloria y otros más, los menos por supuesto, decepcionaban.
El primer Maratón que hice así fue Chicago, el más emocionante y divertido, con el inagure esta nueva forma de viajar y usar un pretexto para hacerlo más interesante e inolvidable. Pues todo salió a pedir de boca, un súper anfitrión, Andrew, quien fue una valiosa ayuda y me ayudó a seleccionar sitios de interés, me enseñó a moverme por la ciudad en metro y bus, facilísimo. Me sorprendió la ciudad, mucho carisma, personalidad y bella, con sitios que de verdad te dejan con el ojo cuadrado.
El maratón, por supuesto, increíblemente bien organizado, y aunque llovió ese día, no se perdió la calidez de su gente para animarnos. En cada esquina es fácil hacer un amigo, y ¡México no se extraña!, hay tanto paisano que te sientes en casa de verdad.
El último fue la ciudad de Toronto, de la que aproveché hacerla punto de partida para conocer Quebec, Niágara y Montreal. Nuevamente un maratón fue la excusa, y varios airbnb la forma de hospedarme, de todos en los que me hospedé el más memorable fue el de Toronto, pues conoci a una pareja de colombianos que me ayudaron a hacer de mi viaje la mejor experiencia de vida: Magdalena y Luis, en todo me ayudaron y hasta me prestaron su bici para recorrer la ciudad y me hicieron una cena riquísima para celebrar el maratón.
Como ciudad, Quebec me gusto muchísimo, y ahí probé las famosas palomitas con chocolate de Mary´s, en un capitulo de fudis por el mundo al estilo de Alan.
Como experiencia cultural y artística, Montreal es lo mejor, con su recorrido virtual por la ciudad llamado “Montreal en Historias” o el celebrado en la catedral de Notre Dame con el espectáculo visual, y como experiencia natural las famosísimas Cataratas del Niágara y el jardín botánico de Montreal que está justo al otro lado del estadio olímpico y que tiene uno de los Jardines botánicos más bellos de Canadá.
Ahora, tocará el turno a Berlín, y ahí quizás conozca un viaje maratónico a Alemania y Polonia, que después del maratón de correr, será el maratón de conocer. Porque mi espíritu viajero siempre estará pensando a donde ir, mientras las piernas me aguanten.