Por: Lau Ruiz Romero
Esta historia comienza hace algunos años. Cuando tenía 10 años mis tíos viajaron a Venecia y al regresar colocaron una foto con la espectacular Venecia de fondo y ellos sonriendo, enamorados y felices en una góndola, claro para una niña de 10 años eso era un sueño muy alto, pero desde que la vi me enamoré de ese lugar.
Pasaron los años y entre el estudio, el trabajo y el día a día se me fue olvidado mi sueño de conocer Venecia y un poco de Europa.
Pero cuando conocí a Alan por el mundo, mis sueños de viajar volvieron con más intensidad y más fuerza y con ellos también los miedos, las dudas e inseguridades de cómo, cuándo, con quién, con qué dinero viajar. Imagínense el primer vídeo que vi de Alan fue Bora Bora.
Así que comencé viajando a través de los vídeos de Alan por el mundo y conociendo un poco del mundo desde una pantalla, hasta que decidí que era hora de ver con mis ojos algo de todas las maravillas que tiene este mundo, empecé viajando por mi país, Colombia, en modo mochilera jajaja bueno algo así, sin lujos con maleta al hombro y viajes de fines de semana entre Medellín, Villa de Leyva, Boyacá, Bucaramanga, el Eje Cafetero, el Amazonas y varios destinos, porque Colombia tiene mucho que ofrecer y cuando perdí el miedo me aventuré a un viaje de 15 días por toda la costa colombiana desde Montería hasta Punta Gallina, dispuesta a la aventura y me encantó. Por cierto los invito a mi país es maravilloso, mágico y claro cuentan con una guía si así lo desean.
Así fueron pasando los años y esos viajes me ayudaron a perder el miedo, hasta que un día recordé mi sueño y me propuse cumplirlo, comencé ahorrar, a planear, organizar tiempo, dinero, lugares; me ayudé mucho de Alan y sus videos, así empecé a seleccionar lo que a mí me gustaría conocer entre países, ciudades, museos, iglesias, porque cada viajero tiene un estilo y unos sueños diferentes.
Y así fue logré organizar un viaje de 24 días a Europa y disfruté cada uno de los días, los países, la comida, la gente, simplemente me dediqué a disfrutar el viaje con muchas anécdotas que recordar, porque no se trata de los sellos en tu pasaporte, ni de una lista de lugares, viajar se trata de cumplir sueños, conocer, explorar y vivir.
Y claro que llegué a Venecia, era mi sueño de niña como no cumplirlo. Venecia te envuelve y me envolvió tanto que se me pasó el tiempo y terminé perdiendo mi bus a mi próximo destino Eslovenia, pero bueno todo viajero sabe que esas cosas pasan y hacen parte de la aventura que es viajar. Y gracias a ese sueño de niña terminé conociendo un poco de España, Italia, Eslovenia, Alemania, Países bajos y Francia.
Y hoy un año después de vivir el primero de muchos viajes que se que vendrán, ya estoy planeando mi siguiente viaje, como les dije en el título *soñando se vuela alto* y si pudiera devolver el tiempo le diría a mi yo de 10 años, que nunca dejara de lado sus sueños y que nada ni nada puede ponerle límites a lo que se desea.
El mundo es muy grande pero más grande deben ser nuestros deseos de ser feliz.