Por: Mariel Limadin Flores
Hola, mi nombre es Mariel y les relataré mi experiencia de viaje por mi precioso país, redescubriendo el punto de turismo más conocido de Bolivia, el Salar de Uyuni y el circuito de las lagunas y desiertos alrededor. ¡y comenzamos!
El salar de Uyuni es el desierto de sal más grande del mundo con una superficie de 10,582 km2, lugar que, como viajero de cualquier parte del mundo, te parece haber escuchado o visto las típicas tomas de fotos con perspectiva (un dinosaurio persiguiéndote, alguien pisando o cocinándote), los espejos de sal (donde están de moda los matrimonios), o lo que tu imaginación te permita; destino Top de Bolivia que sin duda con el paso del tiempo es más visitado. Sin embargo, si bien es el foco de atención, debo hacer hincapié en el recorrido por la Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Avaroa, es el área protegida más visitada de Bolivia, destino que presenta paisajes naturales de ensueño, lagunas de colores tan fuertes, animales en su hábitat natural, desiertos sacados de pinturas del surrealismo con un árbol de piedra, géisers, aguas termales naturales, lugares que por favor debes conocer.
Este viaje lo hice en septiembre, época seca del salar y baja en lo referente al turismo, no se da el efecto del “espejo de sal” (ello se da en época de lluvia por los meses de enero hasta marzo)
Cómo llegar:
Desde La Paz, Bolivia hay tres maneras de llegar. La primera, un vuelo de aproximadamente 45 minutos; son dos aerolíneas nacionales (Boa y Amaszonas) que tienen vuelos frecuentes y regulares.
La segunda manera es en bus, desde La Paz salen buses a las 8 de la noche, llegando a Uyuni pueblo tipo 6 de la madrugada, se ma hace un viaje bastante largo, personalmente, el precio está alrededor de Bs. 150 hasta 200 (30 dólares).
La tercera opción, y la que elegí, es en tren (sí, Bolivia tiene una línea férrea algo desconocida) la opera la Empresa Ferroviaria Andina S.A. y parte de la ciudad de Oruro, los tickets puedes comprarlos por internet, en su oficina o directamente en boletería, el precio, horarios y servicio los encuentras en la página de la línea férrea. De la Paz tomé un bus de 20 bolivianos (3 dólares), tres horas más tarde llegué a Oruro, lista para la aventura.
Dónde quedarse:
El tren partió a las 7 de la noche de Oruro, llegamos a Uyuni 2:30 de la madrugada.
Debo confesar que no era mi primera vez en Uyuni, vine hace 9 años con mi mamá, en esa época llegamos a una hora similar pues hicimos el mismo trajín del tren, y aquella vez vinieron hasta la estación a ofrecernos hospedaje dos o tres personas, no se complicó para nada ese aspecto, sin embargo, los años no pasan en vano y el movimiento cambio.
Yo de ilusa me fui sin reserva de hotel recordando aquella vez hace 9 años, la regué, pues a esa hora si bien bajaron muchos turistas del tren ya los esperaba un taxi para llevarlos al hotel ¡¡mismo que yo no tenía!!
En resumen, caminé como 20 minutos en la madrugada con mi maleta buscando hospedaje y conseguí un buen lugar con precio accesible, peeero mi punto es, que si deciden llegar a elevadas horas, tengan una reserva previa de hospedaje, utilicen los buscadores de hoteles que les venga mejor, el pueblo está preparado para el turismo, y hospedajes encuentras de todo precio y calidad, pero reserven antes.
Qué hacer:
En mi humilde opinión, a la vez de aportar al turismo local del pueblo te ahorrarás unos buenos pesos, además de tener trato de rey recomiendo comprar tu paquete del mismo pueblo de Uyuni, si bien tal vez eres un turista precavido y prefieres armarlo todo antes o comprarlo en tu destino de origen, no tengas miedo de llegar sin un plan, pues te deslumbrarás con los servicios de las operadoras locales, en plena avenida ferroviaria encontrarás miles de operadoras turísticas que te ofrecen paquetes de uno y tres días, yo tomé el de tres días por un precio bastante accesible, 700 bolivianos (105 dólares) incluyendo hospedaje de dos noches, alimentación completa, tour y guía super cool.
El primer día partes de Uyuni pueblo alrededor de las 10:30 de la mañana, comenzando por el cementerio de trenes, sí, ese lugar que alguna vez viste por fotos lleno de locomotoras de los años mozos del minera en Bolivia que ahora es eso, un puñado de restos sobre los cuales puedes subir y tomarte las fotos que tu imaginación y el tiempo lo permita, bastante pintoresco con aires de antigüedad, mineral y épocas deslumbrantes. Colchani, la primera localidad que te da la bienvenida al salar te ofrece miles de recuerdos de sal y souvenirs que, si es lo tuyo, debes llevarte algo a casa.
El salar de Uyuni es eso, el desierto de sal más grande del mundo, impactante ante la vista de propios y extraños a los pies del Volcán Tunupa, el guardia gigante alrededor del cual se crearon mitos y leyendas locales, se hacen dos primeras paradas cortas alrededor de un pequeño “monumento” por el Dakar, el evento deportivo que atraviesa el salar desde el 2015 y una “isla de banderas”. Continúa el recorrido hasta llegar a Incahuasi, la isla repleta de cactus milenarios, donde se hace la parada del almuerzo y un buen rato para pasear por la isla, el mirador y obviamente el salar, alrededor de las 4:30 de la tarde nos fuimos alejando de los muchos grupos de turistas alrededor para que nuestro guía nos hiciera una sesión de fotos divertidas mientras esperábamos el atardecer, un atardecer de ensueño, de esos memorables que se te quedan grabados en la retina toda tu vida, en el salar de Uyuni.
Entrada la noche llegamos a la localidad de Colchak, donde pasamos la noche en un hotel de sal, sí las camas eran de sal, las paredes y decoraciones, además comimos la merienda y después la cena, ¡trato de rey! una ducha caliente y a la cama.
Segundo día a madrugar, pues son distancias considerables, partimos a las 5 de la mañana después de un sustancioso desayuno, contemplamos el amanecer en el camino, hicimos una primera parada corta para contemplar el volcán Ollagüe del lado boliviano e identificar sus fumarolas, un tiempo más llegamos a laguna hedionda (que en efecto, apesta), alrededor de ella se pueden contemplar flamencos andinos en su hábitat, así como vicuñas, llamas vizcachas y otras aves que conviven en un entorno natural imponente, la segunda laguna que visitamos esa mañana fue la laguna honda, con su fauna y encanto particular.
La bienvenida de la naturaleza surreal que te ofrece la Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Avaroa es el Desierto de Dalí, llamado así por la similitud de los paisajes pintados por Salvador Dalí, colores y formas que se deben gracias a la actividad volcánica del lugar, formas de las rocas como el árbol de piedra, tallado por obra de la naturaleza que no tiene explicación, simplemente admirar la obra maestra de la madre naturaleza. Alrededor de la 1:45 de la tarde llegamos a Laguna Colorada, el plato fuerte del día.
La laguna colorada debe su nombre a su tonalidad vibrante que cambia de pigmento según la hora del día, el color es debido a algas en su interior, lugar de crías de los flamencos andinos, así también se aprecia a las especies de flamencos chilenos y flamencos James, tiene unos sectores donde se origina el bórax, un cristal blanco que tiene apariencia de nevada que presenta unos contrastes de colores vibrantes. Apreciar el atardecer y contemplar las estrellas desde el albergue dentro de la Laguna Colorada es, sin duda, una de las mejores experiencias como viajera en este destino.
El tercer día costó la madrugada, tocó salir a las 5 de la mañana hacia los géiseres, el sol ya había nacido para el momento de nuestra llegada a dicho punto, el olor a azufre y sentir la respiración de la tierra, debido a la actividad volcánica del lugar, es intimidante, además la altura (más de 5000 msn) le da su toque dramático.
Siguiente parada, las aguas termales de polques, un balneario natural atractivo debido a sus propiedades medicinales y el entorno que lo rodea, siendo que el frío es intenso a los alrededores, sumergirte en dichas aguas termales hace que el frío sea un vago recuerdo y recargues pilas por las madrugadas, hice mi última parada en laguna verde, sí, un verde esmeralda que conforme pasa el dia va cambiando de tonalidad a las faldas del volcán Licancabur.
Este circuito te ofrece paisajes surreales, naturaleza intimidante e imponente, recuerdos que se te quedan grabados en la retina, experiencias inolvidables que no puedes dejar de visitar.
Recomendaciones:
Lo indispensable, protector solar, gafas de sol con filtro Uv por la resolana, ropa abrigada, el clima es frío y seco, además debes tomar en cuenta que vas a exponerte a temperaturas bajas y madrugadas casi todos los días.
Debido a lo lejano del circuito, debes tomar en cuenta que no vas a contar con todas las comodidades de la ciudad, sobre todo dentro del área de Laguna colorada, pues los albergues son básicos y administrados por el Municipio, considero que es parte del encanto, además de aportar con el turismo local, que quiero resaltar debido a la pobreza y el olvido que sufre esta región del país.
La excepcional belleza del lugar es de otro planeta, sentir esa conexión con la naturaleza es algo que no percibes en cualquier lugar, la comunión del espíritu viajero que llevamos dentro nos llena de felicidad y energía para continuar por este camino.
Queridos viajeros, espero de corazón que lleguen a este destino encantador, ¡sigan construyendo recuerdos! besos, Mariel.