La gente llegaba cargando hieleras, bolsas de supermercado y hasta pasteles! Por un momento pensé que esas personas y yo no nos dirigíamos al mismo sitio. Qué equivocado estaba. Todos íbamos al concierto de M83 en el Hollywood Bowl.
No dejo de sorprenderme por la cantidad de cosas que ignoro. ¿Porqué nadie me había dicho que había un lugar donde se puede asistir a un concierto mientras disfrutas de un delicioso picnic acompañado de vino?. Y mejor aún, tu mismo puedes llevar toda la comida y las bebidas.
Pues para mi sorpresa, ese es el Hollywood Bowl. Desde ahora uno de mis centros de espectáculos favoritos. Un clásico en la ciudad en donde no cualquiera se presenta, y después de vivir la experiencia puedo entender porqué.
Las personas que llegaban al lugar con sus bolsas y canastas de Picnic sabían perfectamente a loquee iban. Yo no entendía porqué. Entonces hice eso que hacen los que no tienen miedo a aceptar su ignorancia: pregunté. Una chica muy amable me explicó que al Hollywood Bowl en Los Angeles puedes llevar tu picnic. Comida, botana, vino, cerveza, quesos, pasteles, lo que quieras! Por eso la gente llega desde temprano para disfrutar de su comida poco antes de que comience el concierto.
Me sentí un imbécil. Yo pensé que era como el 99% de los centros de espectáculos del mundo, donde muchas veces pasas una revisión tipo aeropuerto para entrar. Por lo tanto mis manos estaban absolutamente vacías. Bendito el cielo el lugar cuenta con facilidades para la gente primeriza como yo o que de plano no quieren cargar con nada. Así que me compré mis provisiones -incluída mi botella de vino– y a disfrutar.
La velada ya apuntaba ser especial. M83 es de mis bandas favoritas y el hecho de que esa noche se presentaran acompañados de la orquesta del Hollywood Bowl prometía.
La banda neoyorquina Phantogram abrieron la noche y se ganaron mi password en itunes. Su música ayudó a ir generando el ambiente adecuado y prepararnos para el platillo principal.
Llegado el momento, no hubo palabras. Pocos conciertos tan mágicos y especiales he tenido oportunidad de presenciar. Qué poder tiene la música para transportarnos, para sanarnos y recordarnos que estamos vivos.
Viajé, volé a través de la música de una banda que sabe cómo hacer de la nostalgia un himno y llevar lo electrónico a lo épico. Allí se quedó mi alma suspendida por unos instantes en que los acordes de una orquesta nos regalaron a 15 mil personas un soundtrack para nuestros recuerdos.
Les comparto un video que tomé en tan memorable velada.