Curiosidades

Leer también es viajar (aunque no te muevas del sillón)

Foto: 123rf

Viajar no siempre implica hacer una maleta ni comprar un boleto. A veces, basta con abrir un libro. Porque aunque no salgas físicamente de tu casa, un buen texto puede llevarte tan lejos como un vuelo intercontinental. Y, a diferencia del turismo tradicional, no hay retrasos, filas ni temporadas altas: solo tú, las palabras y la imaginación.

Un pasaporte a otros mundos (sin pasar por migración)

Cuando abrimos un libro, se abre también una puerta. Ya sea que se trate de una novela ambientada en Tokio, una biografía escrita desde París o un ensayo sobre la Patagonia, leer permite conocer culturas, recorrer ciudades y descubrir personajes con la misma intensidad que una visita presencial.

Autores como Elena Poniatowska, Haruki Murakami o Paul Theroux han hecho de la lectura una forma de explorar geografías, emociones y épocas que muchas veces no aparecen en las guías de viaje.

Foto: 123rf

El viaje interior también cuenta

No todos los viajes son hacia afuera. Algunos libros nos invitan a recorrer nuestras propias ideas, prejuicios o miedos. Un poema puede llevarte a un recuerdo olvidado; una novela, a un duelo no resuelto. Y aunque no cambies de ciudad, sí puedes cambiar de perspectiva.

Leer también es una forma de estar contigo mismo, de desconectar del ruido exterior y conectar con algo más profundo. A veces, el viaje más transformador es el que se hace hacia adentro.

Lee también: Libros que te invitan a salir de viaje 

Foto: 123rf

 

Leer despierta la curiosidad viajera

Muchas personas descubren sus destinos favoritos gracias a la literatura. ¿Quién no ha querido ir a Estambul después de leer a Pamuk, o a Cartagena tras leer a García Márquez? Un libro puede sembrar la semilla de un próximo viaje, inspirar una ruta o enseñarte detalles que ni un tour guiado mencionaría.

Además, cuando se viaja con la referencia literaria en mente, la experiencia se vuelve más rica y emocional. No es lo mismo caminar por Dublín si antes leíste a James Joyce, que si llegas sin contexto.

Ideal para cuando no puedes viajar (pero necesitas escapar)

Ya sea por presupuesto, tiempo o razones personales, hay momentos en los que viajar simplemente no es posible. Pero eso no significa que tengas que renunciar a la aventura. La lectura es una forma accesible, flexible y profundamente satisfactoria de salir del entorno habitual sin moverte físicamente.

En tiempos de encierro, ansiedad o pausas forzadas, un buen libro puede ser el mejor salvavidas emocional.

Foto: 123rf

¡Viajemos con la lectura! 

Leer también es viajar. A veces más lejos. A veces más profundo. Un libro no solo transporta: transforma. Y si bien nada sustituye el contacto directo con un lugar, la literatura puede prepararte, inspirarte o incluso emocionarte más que una postal.

Así que la próxima vez que no puedas tomar un avión, abre un libro. Quizá ese viaje te lleve más lejos de lo que imaginas.

Karla Campos

Geek de tiempo de completo y viajera con muchas millas para recorrer.

Añadir comentario

Haz click aquí para publicar un comentario