Esta última Semana Santa tuve la oportunidad de viajar con mi familia a Jordania. Eran pocas las expectativas que teníamos y la experiencia fue una gran sorpresa. Siendo un país poco visitado, con un pasado muy duro, Jordania se presenta hoy con un futuro prometedor en el mundo del turismo.
Su capital, Amman, es una clara representación de una ciudad musulmán contemporánea con costumbres y tradiciones intangibles consecuencia de su poderosa historia. Templos y ruinas romanos rectifican la estratégica ubicación geográfica del país para el mundo occidental.
También tuvimos la oportunidad de visitar el desierto de Wadi Rum, cuyo paisaje de dunas y rocas te transporta fuera de este mundo.
Y finalmente la ciudad perdida de Petra, tallada en las rocas por los Nabateos en el siglo 312 a.C. y recientemente nombrada como una de las siete Nuevas Maravillas del Mundo. Me atrevo a decir que Petra ha sido uno de los lugares más fascinantes que he conocido en mi vida y todo ser humano merece tener la oportunidad de visitarla.
Para llegar a Amman, tuve que pasar una noche en París, y a pesar de ser un país en desarrollo y recientemente despertando al turismo, me pareció un poco caro y aún con pocas opciones de hospedaje. Sin embargo creo que lo vale completamente.
Jordania seguramente está por convertirse en uno de los destinos imperdibles de los viajeros aventureros.
wow ese es uno de los lugares que esta en mi lista de pendientes por visitar, seguro fue increible tu viaje, saludos
1.5