La mujer que fumaba con su…

Tailandia no es un país para espantados, yo no me considero de esa manera, pero si tengo una educación bastante conservadora, aunque esta no merma mis deseos por conocer lugares que te saquen esa lado “kinky” que TODOS tenemos.

En la isla de Phuket, al sur de este país asiático, mi querida amiga Alejandra y yo recorremos la calle principal de la playa de Patong. Dicha calle está abarrotada de bares al aire libre, uno junto al otro, todos con tubos en las barras y muchas mujeres, digamos “coquetas”. Aunque no tardamos mucho en darnos cuenta que la mayoría de ellas lo único que tenían de mujer, era la apariencia. Tailandia es el país con más travestis y transexuales del mundo.

Más allá de los bares mencionados, hay locales techados con grandes letreros de neón y un par de personas (llamémosle PR’s) invitando a los turistas a pasar, con un menú en la mano que básicamente consiste en una hoja enmicada. Uno esperaría que el menú te de un estimado de qué tan caro es el bar, buscando el comparativo internacional: la cerveza. Pero cuál es mi sorpresa al no identificar ninguna cerveza en el menú, sino más bien un menú que a pesar de estar en inglés, es por el momento muy confuso. Lo único que lograba entender era que, por 200 baths (5 dólares) podía escoger cuatro opciones del menú.

Es en ese momento, que las películas, los programas de tv y las leyendas urbanas vienen a mi mente como si de un flashback rescatista se tratara y me hacen entender que lo que tengo en mis manos es un  menú de show de strippers y que las opciones del menú son los trucos o habilidades de las que son capaces las bailarinas del local, tales como sacarse flores, escribir una carta, soplar una vela, fumar cigarrillos o la más famosa, expulsar pelotas de ping pong. Todas las anteriores realizadas con la vagina.

Honestamente no resistimos la tentación y entramos. No puedo decir que fue una experiencia agradable, pero sí de esas que mientras las vives, sabes que tienes ya, una gran anécdota que contar de regreso a casa. La mujer que realizaba los trucos no era precisamente una mujer atractiva, era más bien de buen comer y guapa a lo lejos. Pero yo supongo que no se puede tener todo en la vida, y si Dios le dio ese talento en su parte íntima, reservó la belleza para las otras. Como pasa en el medio artístico, tenia el talento, mas no el look. jajaja.

No voy a entrar en detalles de los trucos que presenciamos, pero sí es algo que tanto mi amiga Alejandra (que ahora vive en su país natal Argentina) y yo, recordamos hasta el día de hoy, casi como si fuera ayer. Si viajar se trata de sorprenderse, esto definitivamente lo hizo.

Les dejo una foto que encontré en internet, no es exactamente como la que describo, pero refleja perfectamente el tema del que hablo.