Se dice que viajar es una forma de volver a ser niños: nos asombramos con lo desconocido, reímos sin razón, miramos todo como si fuera la primera vez, y soñamos sin límites. Y qué mejor pretexto que el Día del Niño para regalarnos momentos que despierten nuestra imaginación y nos hagan sentir otra vez chiquitos (aunque sea por un rato).
Así que les compartimos algunas experiencias viajeras que les devolverán la magia y se sentirán tan plenos como un niño viajero.
Volar en globo
Sentir que te elevas lentamente mientras los globos pintan el cielo al amanecer es algo que emociona a chicos y grandes. Desde las alturas, todo parece de juguete y el corazón late con una mezcla de nervios y emoción. Al ver todos desde arriba te sientes pleno y que realmente puedes lograr lo que te propongas.
Algunos lugares populares para disfrutar de un viaje en globo son Capadocia, Turquía; Teotihuacan, México; en Bagan, Myanmar; en el Masai Mara, Kenia; en Luxor, Egipto; entre muchos más.
Visitar o dormir en un castillo de cuentos
Hay hoteles y estancias en antiguos castillos que permiten a uno sentirse príncipe o princesa. Algunos, como el Castillo de Neuschwanstein, en Alemania o el Parador de Cardona, en España, regalan experiencias entre torres, muros de piedra y pasillos misteriosos.
Si quieren disfrutar de increíbles postales, Escocia es una gran opción, pues hay muchos castillos en medio de paisajes de ensueño.
Vivir un día mágico en un parque temático
Disneyland, Universal Studios, Efteling en Países Bajos o Puy du Fou en Francia. Da igual si vas por primera vez o por décima: estos lugares siguen despertando carcajadas, gritos y ojos brillantes.
Entre montañas rusas, desfiles y personajes, uno se olvida de la edad y se entrega al juego.
Jugar en un museo interactivo
Desde el Papalote Museo del Niño, en CDMX hasta el Exploratorium de San Francisco o el Museo de los Niños en Costa Rica, o KidZania, hay espacios diseñados para experimentar, construir, mojarse, brincar y tocar todo lo que normalmente no se puede en un museo.
También el Museo de Historia Natural de Londres es una gran opción para los viajeros más pequeños o para llevar a nuestro niño interior, sobretodo visitar la sección de los dinosaurios ¡es espectacular y ver al T-Rex hace que la visita sea inolvidable!
Visitar un pueblo o ciudad de fantasía
En Hallstatt (Austria), Giethoorn (Países Bajos), Colmar (Francia) o en el Lago Bled (Eslovenia) parece que el tiempo se detuvo. Casas de colores, canales, calles empedradas… todo parece sacado de un cuento. Incluso ciudades como Edimburgo o Praga tienen leyendas de duendes, fantasmas o brujas que encantan a niños y adultos.

Ir a las locaciones de películas y series
Las películas y series nos han mostrado increíbles escenarios y paisajes, y muchos de ellos sí existen, por lo que siempre es buen pretexto viajar a esos lugares para recrear los grandes momentos que vimos en la pantalla y sentirnos dentro de esas grandes historias.
Por ejemplo, si son fans de El Señor de los Anillos, Nueva Zelanda es el lugar que deben visitar, o si aman Harry Potter, Escocia e Inglaterra deben estar en su lista.
Subirse a un tren panorámico
Viajar en tren es ya una experiencia nostálgica, pero si lo hacen en rutas escénicas como el Chepe Express (México), el Bernina Express (Suiza), Durango and Silverton (Estados Unidos), o el Jacobite Steam Train (Escocia, el tren de Harry Potter), sentirán que van rumbo a una aventura épica.
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Cumplir el viaje de tus sueños
No hay nada mejor que viajar a ese lugar con el que siempre han soñado, no importa a donde sea, la experiencia de llegar a ese sitio tan esperado es tan única, que quedará para siempre en su memoria.
Viajar también se trata de volver a ver el mundo con asombro, atrevernos a jugar, imaginar y emocionarnos sin pena. Este Día del Niño, regálense una aventura que despierte a su pequeño interior.
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