Hace 75 años, se pudo vivir un evento que pocas veces ha podido ser estudiado desde el principio en tiempo y forma: el nacimiento de un nuevo volcán.
El 20 de febrero de 1943, mientras se encontraba trabajando la tierra, un campesino llamado Dionisio Pulido escuchó sonidos extraños y sintió fuertes temblores. Al percatarse de que la tierra se abría y emitía vapores, avisó al pueblo.
Gracias a la alerta, hubo suficiente tiempo para desalojar y no se perdieron vidas humanas. Sin embargo, los poblados fueron arrasados por el cataclismo: San Juan Parangaricutiro, que fue trasladado a una zona cerca de Uruapan, y Paricutín, el cuál fue completamente arrasado y en su honor se nombró al volcán.
El Paricutín es uno de los volcanes más jóvenes del planeta y la duración de su actividad inicial fue de 9 años, 11 días y 10 horas.
Dato curioso:
¿Sabías qué el Paricutín es el único volcán en el mundo que cuenta con su propia acta de nacimiento? Fue firmada por el presidente municipal del nuevo San Juan en 1943 y se resguarda en el archivo histórico del Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).