Por: Maria Esther Zanatta
Nos alistamos mi hija Vanessa Canossa, tu súper fan, yo, María Zanatta y la amiga de mi hija Carla, Umana Espertin. Tres mujeres de distintas edades con el sueño de viajar al mágico Egipto.
Pasaríamos primero por Londres, de allí a Egipto y terminaríamos el periplo en Madrid y de allí a Miami, donde empezó nuestro tour.
Vivimos en USA, se hablaba del COVID y nos pidieron mascarillas, los protocolos exigidos. Llegamos a Londres estuvimos tres días y partimos rumbo al Cairo.
Al llegar al hotel, al ver los noticieros se habló de una pandemia peligrosa, teníamos la opción de quedarnos en el hotel o conocer Egipto y nos decidimos por conocerlo en esas circunstancias, todo estaba vacío, las calles desiertas, el tráfico paralizado, los museos y atracciones turísticas sin gente, ni los reyes, ni los millonarios tendrían la experiencia de tener todo, sin nadie que empuje, haga bulla o fastidie. ¡Fue increíble en muchos sentidos!
Más tarde nos cancelaron el vuelo a Madrid, los vuelos de Londres también literal atrapadas en la tierra de los faraones, mi hija Vanessa y Carla se desesperaron y empezaron a llamar a las aerolíneas para buscar vuelos de regreso a Miami y yo me salí a recorrer los alrededores del hotel, buscar un Egipto a mi aire, el hotel nos ofreció solo cobrar 50 dólares por habitación, nuestros guías turísticos nos ofrecieron rentar algo económico si nos quedábamos, muy pendientes de nosotros, nuestro tour operador donde compramos el paquete turístico nos abandonó a nuestra suerte, el grupo de españoles que conocimos llamaban a sus embajadas.
Al siguiente día pensamos que recorreríamos la otra parte del tour Abu Simbel, Alexandria etc etc aeropuerto sin gente y nuestros vuelos cancelados.
Después de negociaciones conseguimos el vuelo a Londres y tomamos el de regreso a Miami donde me quedé varada cuatro meses con mi hija y nietos pero feliz.
Nada de máscaras ni protocolos, al final tuve que regresar a Virginia con mi esposo pero fue el mejor viaje de mi vida.