Rebeca Hernández
¿Cómo llegué a Amsterdam? Bueno, la respuesta es por un viaje a Canadá.
Estaba en una etapa en mi trabajo que necesitaba un cambio, la rutina me estaba matando y ya no lo podía disfrutar. Por eso decidí irme medio año a Canadá a viajar y estudiar. Sin embargo en ese viaje conocí al que sería mi futuro esposo, un holandés muy guapo. Durante el siguiente año estuve viajando seguido a Holanda y él venía a México. Al año de conocernos decidimos casarnos, claro! No sin antes hacer una despedida de soltera con mi mejor amiga.
Ella vive en España y nuestro punto de reencuentro sería Amsterdam, que mejor lugar para una despedida. La capital del sexo, drogas y prostitución, a los holandeses les encanta la fiesta a pesar de ser personas frías al tratar de conocerlos mejor. Amsterdam no me defraudó al momento de la diversión, bebidas gratis en todos los bares, una cena cortesía del dueño de un restaurante turco y terminar la madrugada bebiendo champagne con unos desconocidos. Si de diversión se trata, Amsterdam es el lugar. Sin embargo, lo que más me gusta del país es su cultura, los museos, la arquitectura, la tranquilidad con la que se vive en el pueblitos alrededor de la capital, entre otras cosas.
Puedes tomar un tren y disfrutar el paisaje hermoso que te ofrece este país, sus inminentes molinos, los hermosos tulipanes, así como sus vaquitas pastando.
En ese viaje con mi amiga lo que más disfruté fue ir a la casa de Anna Frank, es asombroso pero a la vez te embarga una sensación de tristeza. Ver ese apartamento tan pequeño, imaginarte cómo era su vida, la verdad es un lugar al que se debe ir si visitan Amsterdam.
Hay muchos museos a los cuales ir, uno de mis favoritos es el Museo de Van Gogh, ver el famoso cuadro de los Girasoles, además de que tuve suerte y había una exposición pequeña de Monet. Claro, como siempre había muchos turistas pero lo mejor es llegar temprano y poder disfrutar las obras sin distracciones.
Podría tomarme mucho tiempo describir cada lugar de Holanda que me encantó, pero puedo asegurarles que ese país no les defraudará.
Lamentablemente mi cuento de hadas con el “príncipe azul” terminó en pesadilla, pero fue una experiencia que no olvidaré. Conocí un país el cual, nunca me había interesado visitar y terminé enamorada del país de los tulipanes.
Las experiencias buenas y malas que tuve en ese viaje, me ayudaron a crecer más como persona. No puedo esperar para poder regresar a Holanda.
Saludos.
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