Tú x el Mundo

Descubriendo Bethlehem, Palestina

Por: Jorge Zafe Maza

Bethlehem ¿suena muy complicado no? pero en español es Belén, mucho más simple. 

Es una ciudad palestina en la famosa región de Cisjordania, y digo famosa porque la escuché nombrar en la televisión muchas veces sin pensar en ese momento que la conocería y más aún, decían Cisjordania y no sabia donde quedaba. 

La ciudad sí es famosa, es el lugar donde nació Jesús, en la misma está la Basílica de la Natividad de la cual hablaré más adelante.

Siempre que organizo un viaje hay un destino principal, o un destino original mejor dicho, en este caso fue Dubai, entonces dicho esto se preguntaran cómo pasé de Dubai a Palestina sin escalas, bueno escalas hubo y muchas. 

Mi pareja y yo queríamos viajar a Jerusalén, y resulta que no hay relación diplomática entre Emiratos Árabes e Israel, por lo que no hay vuelos directos, eso que si bien no son países limítrofes están muy cerca en distancia entre ellos, entonces el itinerario del viaje fue un avión a Estambul, Turquía, luego otro vuelo a Tel Aviv, Israel, y finalmente tren a Jerusalén (hay que leer mucho antes de viajar porque parece más complicado de lo que realmente es).

Belén queda a 9 km de Jerusalén, y podés ir en un colectivo de línea que se toma en la estación central de la ciudad, o en cualquiera de todas sus paradas, según les quede más cómodo. 

Entre las dos ciudades Israel construyó un muro enorme (el muro de Berlín es historia pero este es contemporáneo, está ahí), al llegar el colectivo a Belén habíamos leído que habría control del ejército de Israel, pero no lo hubo, bajamos directamente en la última parada que nos quedaba aproximadamente a 2 km de la Basílica, una buena distancia para caminar por el centro histórico de la ciudad (caminar algo que por cierto me gusta y mucho). 

También algo que había leído previamente es que hay muchos taxistas, los cuales son insistentes, a lo que voy a comentar, insistentes es poco, te persiguen al menos dos cuadras hablándote en inglés para lograr ganarse el viaje, tenía puesta una campera con una bandera de Argentina la cual vieron y alguno empezó a decir algunas palabras en español.

No es una ciudad grande, el turismo es muy importante para su economía, algo que se vio muy disminuido por la construcción del muro, entonces trabajo les falta, si van y quieren caminar podrán, pero no se enojen con la insistencia de la gente porque lo único que quieren es ganarse el pan del día.

Caminando por la calle peatonal que te lleva hacia la plaza principal, encontrarán muchos vendedores de todo lo que se puedan imaginar: ropa, especies, telas, vajilla, artículos usados, frutas, mucha comida; recuerdo bien que comí un falafel frito muy rico (siempre infit nunca fit) se los recomiendo.

Llegamos a una zona muy alta de la ciudad, donde la vista es excelente, se pueda ver toda Belén y poder imaginar cómo es su estilo de vida. Particularmente me impactó ver el poco espacio que hay para el tránsito de vehículos, un laberinto de calles las cuales lejos están de ser todas rectas, un hermoso caos de tránsito y gente.

Finalmente llegamos a la Plaza del Pesebre (anécdota out of context: le pedimos a una mujer musulmana que nos sacara una foto y se enojó. No habíamos visto una mezquita a nuestras espaldas, recuerden no se permiten las fotos a las mezquitas) donde está la Basílica de la Natividad, un templo cristiano estimo de los más antiguos que parece una fortaleza con gruesos muros y escasas aberturas. Para poder ingresar a la misma hay una pequeña puerta donde solo se puede entrar de a uno y bien agachados. 

La iglesia está construida sobre una cueva donde está la Gruta de la Natividad, la cual me pareció como una capilla muy pequeña, allí está la piedra donde María acostó al niño Jesús. 

Fue un momento muy emotivo, se sienten muchas sensaciones fuertes, se te pone la piel de gallina cuando ves la emoción de la gente que va entrando, todos se arrodillan frente a la piedra para rezar, supongo que para agradecer cosas, también habrá gente que pide cosas, pero sin dudas la pasión con la que entra la gente me llenó de sensaciones lindas y complejas de describir.

Luego la caminata siguió, entrando de pasada en una tienda de recuerdos, para finalmente buscar la parada del colectivo para volver a Jerusalén.

En el viaje de regreso sí nos paró el control del ejército de Israel, el mismo ordenó que todos bajaran del colectivo o al menos eso había entendido hasta que una chica, también musulmana, sentada al lado me dijo que no, el control finalmente consistía que toda la gente del lugar bajara y los turistas se quedaran arriba, el ejército al subir te pide pasaporte y nada más; los palestinos deben hacer una fila y los controlan de pies a cabeza, el conflicto de fondo es muy complicado entre Israel y Palestina, lo más importante es el reclamo por la soberanía de Jerusalén.

Antes de viajar a Palestina, el consejo que más me decían era no vayas, están en guerra, ¿como vas a ir a ahí?, no vale la pena el riesgo, pero en conclusión muchas veces nos dejamos llevar por lo que dicen los demás, la opinión de la gente al desconocer muchas cosas suele no ser buena y tiene prejuicios sin justificación.

Antes de viajar hay que leer mucho para aprender e informarse, tanto para los viajes y en la vida, hay que lograr animarse a todo, a todo eso que de verdad queremos.