Cuando escuchamos de un vino Carménère, es irresistible pensar en Francia y sus viñedos; pero en realidad, el país que le ha dado gusto y fama a este vino, ha sido su patria de adopción: Chile.
Carménère es oficialmente la uva nacional de este país sudamericano; parecido a lo que el Malbec significa y representa para Argentina.
Como muchas de las uvas más famosas y apreciadas del mundo, la Carménère tiene sus orígenes en la región vinícola de Bordeaux, Francia, donde era utilizada para producir vinos, mezclada con otras uvas, e inclusive vinos varietales, es decir, aquellos preparados únicamente con una sola cepa de uva.
Debido al clima francés y a una devastadora plaga, la uva Carménère se consideraba extinta a principios del siglo XX. Afortunadamente poco de lo que quedó fue importado a Chile, y en los alrededores de Santiago se dio muy bien, gracias al clima cálido y a las abundantes lluvias.
Como sucedió en Francia, en un inicio los vinos hechos con uva Carménère, eran mezclados con Malbec; sin embargo, gradualmente los enólogos de la zona se dieron cuenta que los sabores al utilizar una única uva, eran superiores y deliciosos.
El vino varietal de Carménère tiene, por lo regular, un gusto a cerezas, moras, y especias, con un toque “picante” al final; de hecho, por esta razón, se suele maridar con carnes rojas, pastas, quesos y hasta mariscos.