Por: Aidee Alcántara Sánchez
Viajar es sentir ese cosquilleo en el estómago para explorar nuevas experiencias, es reconstruir tus creencias de aquellos lugares que has anhelado visitar y cuando le agregamos una variable más a esta ecuación se metamorfosean en instantes memorables; en mi caso esa variable era la casa de mi escritora favorita: Jane Austen; hemos crecido con historias como Orgullo y prejuicio, Emma o Persuasión, las cuales combinan el realismo de la época georgiana, historias de amor y matrimonio en un ambiente inglés.
Mi viaje había comenzado un par de semanas antes por Europa, pero finalmente llegamos específicamente al aeropuerto de Londres Heathrow, ya que existen otros en los alrededores. Cabe mencionar que Inglaterra es un país que cuenta con una organización sorprendente en cuanto al transporte, desde pagar todo con tarjeta sin necesidad de hacer cambio de divisas, la puntualidad de los transportes en las paradas, hasta la señalización de la ruta de cada uno de los autobuses; se convirtió en uno de los lugares más fáciles de moverse como si fueras local, y eso me encantó.
Había escuchado muchas leyendas urbanas sobre los ingleses, sin embargo, toda la gente es muy amable y se esfuerza en poder ayudarte, pues al llegar a los cajeros de adquisición de tickets para el transporte me apoyaron a orientarme sobre como llegar a un pequeño poblado llamado Alto, donde viven menos de 20 mil personas y no es un lugar muy turístico, excepto para aquellos como yo, que nos encanta leer, por lo que había seleccionado mi primera parada en este país a visitar la casa de Jane Austen.
Tomamos un autobús en la terminal 5 con dirección a Woking, era diciembre así que el frío calaba hasta los huesos, afortunadamente hay unas casetas que te permiten esquivar un poco el clima mientras esperan, sin embargo los camiones pasan rápidamente y perdimos el primero, lo que retrasó una hora nuestro plan de viaje (gajes de viajero), así que para el siguiente estuvimos muy pendientes para evitar que nos dejara nuevamente.
El chofer fue muy agradable pues al detenerse, se bajó para ayudarnos con las maletas y darnos la bienvenida, el trayecto es de casi 30 minutos y nos dejó en la estación del tren de Woking, donde lo abordamos por una hora con 10 minutos, y 6 paradas más llegamos a la ciudad de Chawton, al salir justo a mano derecha está la parada del autobús número 64, el cual nuevamente pagamos al chofer con tarjeta y tomamos nuestros asientos rumbo a Alton; este transporte cruza todo el pueblo, toma una angosta carretera rodeado de campos verdes y tranquilidad, hasta nuestra parada Chawton Roundabout, en ese momento nos bajamos en medio de la nada, un pequeño puente de un lado y una rotonda por otro, me marcaba el mapa caminar 10 minutos, recuerdo que me encantó la vista, pero no se veía ni una sola casa por ningún lado, así que comencé a caminar rumbo a nuestro Airb&b, el cual se ubicaba frente a nuestro destino.
Una vez que pasamos la rotonda comencé a ver casas con un estilo muy inglés del siglo XVIII, con cada paso que daba mi corazón se aceleraba, y mi emoción crecía, cuando me topé con un poste indicando el camino (hay letreros desde la rotonda), al dar la vuelta en la esquina, ahí estaba aquella construcción que tantas veces había consultado en páginas de internet, y justo enfrente nuestro hotel, así que dejamos las maletas para ir a la Iglesia St. Nicholas, donde el padre de la autora realizaba los servicios, actualmente descansa la madre y hermana de la autora, junto se encuentra el castillo de Chawton, el cual pertenecía a su hermano.
El camino hasta la Iglesia y el castillo, me hizo sentirme dentro de la película de Orgullo y Prejuicio, los campos lucen tan verdes, el cielo un azul claro, decorado con dispersas nubes que causan sombras en los campos, mientras las ovejas pastaban libremente, el silencio del campo proporciona una tranquilidad inmensa, solo podía pensar que este mismo camino lo había recorrido la novelista británica y había sido la inspiración de varias líneas de su obras que hoy en día, trescientos años después se convirtieron en clásicos.
La iglesia de St. Nicholas es una hermosa construcción rodeada de naturaleza, justo en la entrada a mano derecha se encuentra una estatua dedicada a Jane Austen, los árboles permiten que pasen unos suaves rayos de sol que iluminan el campo y decoran la estatua, obviamente tomamos un par de fotos antes de continuar a visitar las lápidas de la familia de la autora, las cuales se encuentran junto a la iglesia, el panteón es pequeño pero se respira una tranquilidad, lo que te permite caminar por el área, mientras se escucha el cantar de las aves y el suave movimiento de las hojas de los árboles ocasionado por la ventolina, después continuamos nuestro camino al castillo de Chawton, nos quedaba poco tiempo antes de que cerrarán sus puertas, por lo que no pudimos visitarlo.
Regresamos a Chawton para poder comer y visitar un poco el pueblo, caminando desde Alton es alrededor de 30 minutos, pues en Alton no hay muchos lugares para comer. Al regresar al Airb&b preparé un té y me senté junto a la ventana mientras veía la casa que visitaría al día siguiente; cabe mencionar que compramos los boletos dos meses antes pues manejan una capacidad máxima de 12 personas y al ser invierno sólo abren de jueves a domingo, por lo que arriesgarnos a no poder ingresar no era la opción pues seguiríamos nuestro camino, el ticket tiene un costo de 12.75 libras, es decir poco menos de 300 pesos mexicanos.
Al día siguiente desayunamos y a las 9:55 estábamos cruzando la calle para ingresar, pues la apertura era a las 10 am, al ingresar a la propiedad te reciben en una estancia que hoy funciona como tienda de souvenirs, obviamente todo es alusivo a los libros de la novelista, iniciamos nuestro recorrido por la estancia de la pequeña carroza que se usaba en esa época, después a la cocina con su enorme horno, posteriormente llegamos a unos jardines que se encontraban con una ligera capa de hielo debido a la temperatura baja de la época decembrina, que te acompañan hasta la puerta principal de la casa, el ahora museo, está muy bien ambientado con muebles de la época y varios artículos pertenecientes a la familia Austen, se volvieron a imprimir los tapices recreando a los originales, hay zonas donde están cubiertas con cristal para poder ver el viejo tapiz. Poder hacer el recorrido fue conocer muchos detalles de la autora y por otro lado nos muestra cómo era vivir en ese siglo, donde las mujeres eran criadas para el matrimonio, a pesar de esta dinámica social, Jane Austen, una joven con acceso a libros de su padre, pudo comenzar a escribir desde temprana edad.
En un rincón de la casa se encuentra un pequeño retrato, del que se creé que se inspiró la escritora en su más famosa obra de Orgullo y Prejuicio, Mr. Darcy; en la pintura resaltan sus ojos azules característicos del personaje. Cada espacio de la casa resalta bellos espacios que nos transportan a otra época, se conservan las escaleras originales e incluso algunas de las joyas que más quería como fue un anillo, además podrás encontrar su árbol genealógico, y una cronología de su corta vida.
Durante mi recorrido tuve la oportunidad de platicar con una historiadora de la familia Austen, apasionada por el tema, platicamos sobre varias de sus obras que nos regalan una hermosa visión de las costumbres y tradiciones del siglo XVIII, además de que era una mujer única en su época, y lo poco que fue reconocida en vida, fue una increíble experiencia, además de que Inglaterra es más que solo Londres, adentrarse en los pueblos te permite explorar una historia más íntima del país.