Hace unos días, se dieron a conocer las mascotas de los Juegos Olímpicos de París 2024, las cuales de acuerdo con sus organizadores representan “un ideal antes que un animal” y es que las Phryges, su nombre oficial son un gorro frigio el cual representa un símbolo importante para la República Francesa.
Las mascotas rojas con detalles en azul y blanco, que representan los colores de Francia, son un objeto muy conocido y un símbolo de libertad.
“El hecho de que la mascota paralímpica tenga una visible discapacidad también manda un fuerte mensaje: promocionar la inclusión”, indicó Estanguet, Tony Estanguet, presidente de París 2024, durante la presentación.
Hoy en día, las mascotas de los eventos deportivos son muy comunes, pero ¿cuál fue la primera de ellas?
Remontémonos a Munich 1972, donde apareció Waldi, un perro dachshund (los conocidos como “salchicha”), el cual es un animal muy popular en Baviera, famoso por su resistencia, tenacidad y agilidad.
La mascota presenta diferentes colores: su cabeza y cola son de color azul claro, con un cuerpo a rayas que incluye al menos tres de los seis colores olímpicos y fue diseñado por Elena Winschermann.
La considerada como la primera mascota de unos Juegos Olímpicos, nació el 15 de diciembre de 1969 en una fiesta navideña del Comité Organizador de los Juegos de Múnich, en la que se entregaron a los asistentes lápices de colores, hojas de papel y plastilina para que realizaran los diseños de sus mascotas.
Waldi tenía un alter ego en la vida real, un perro llamado Cherie von Birkenhof, que el presidente del Comité Organizador de los Juegos de Múnich, Willi Daume, había regalado al presidente de la Asociación Internacional de la Prensa Deportiva (AIPS), Félix Lévitan, en 1970.