“La vida es como un ascensor, sube y baja, sólo asegúrate de bajar en el piso correcto.”
Keith Douglas
Podría parecer que los elevadores no tienen mucho de extraordinario, sin embargo, este invento de uso cotidiano tiene un impacto subestimado en la vida de las personas. El Burj Khalifa, por ejemplo, no sería lo mismo, simplemente no se concibe la idea de un edificio tan alto sin elevadores.
En estos tiempos los hay de todos los tamaños, de cristal, veloces o antiguos y son un medio para la aventura durante los viajes, un ejemplo de ello son los ascensores de la Torre Eiffel que fueron considerados desde la apertura de la torre la Exposición Universal en 1889, gracias a éstos los visitantes pueden acceder a las plantas del monumento.
Si bien hoy el ascensor parece un equipo normal, para la época, fue toda una hazaña, dos ascensores originales todavía siguen funcionando en el ícono de París.
Y es que los elevadores han trascendido, pues éstos han sido la clave en varios aspectos para mejorar la vida de las personas, sobre todo de las personas con discapacidad, pues es un medio que facilita la movilidad en las ciudades.
La ciudad de Viena cuenta con un transporte público subterráneo (metro) accesible, cuenta con elevadores en todas sus estaciones y se les brinda mantenimiento para que no dejen de funcionar, pues los encargados saben que ese elevador es la diferencia para que una persona en silla de ruedas llegue a su trabajo, escuela, museo, en fin, para que se desarrolle cotidianamente como cualquier otra persona.
Su uso no es exclusivo de las personas en silla de ruedas, están abiertos a todo público, por lo contrario, le apuesta a la concientización de los usuarios y hace énfasis que su uso sea prioritario para las PcD y personas adultas mayores.
Por invención, la diversión durante los viajes no para, pues también se consideran elevadores a plataformas que se adaptan a las escaleras para apoyar el acceso a usuarios de sillas de ruedas.
Esto he aprendido durante mis viajes, pues el impulso por recorrer el mundo me ha mostrado que un mundo para todas y todos es un mundo con elevadores.