Por: Mariano González Hernández
Nadie, absolutamente nadie, nos prepara para la vida adulta, de hecho, nadie nos prepara para nada, ni siquiera la escuela sobre la profesión u oficio que elegimos nos aleccionan de cómo será nuestra vida laboral que impacta directamente en nuestra vida personal (evidentemente).
Pensarás tú ¿Qué tiene que ver la introducción filosófica de este muchacho con los viajes y con su título?, ´Pos´ahi les va: Desde chico, odiaba las rutinas, no me gustaban los eventos o tareas cíclicas, me parecía que cuando fuera adulto todo cambiaría y que la vida estaría llena de dinamismo y de elecciones que nos hacen sentir llenos de vida, ósea lo pensaba en mis palabras de niño, pero en esencia eso era lo que pensaba, y pues ¿Qué creen? que resulta que ser adulto es – creo- de los sueños más retorcidos que puede tener un niño (lo escribo y pienso riéndome), la verdad es que siendo niños, podemos disfrutar de muchas cosas (propias de cada etapa) sin preocupaciones, al menos no relevantes, y con una soltura muy ´chingona´ y cuando crecemos nos damos cuenta que ser adulto tiene una magia especial pero todo absolutamente todo depende de ti, y está bien, pero es una responsabilidad muy grande, incluso para un adulto.
En fin, quiero que leyendo esto te pases un buen rato y con suerte te identifiques con mi situación, no deseo ser filosófico ni nada por el estilo.
Pues me llega la adultez, y aún y cuando trato hasta el límite (y bastante bien logrado hasta ahora) de vivir una vida plena, divertida y con una capacidad de asombro enorme, forzosamente lo antes mencionado tiene que sostenerse de un empleo o actividad económica y aun y cuando tengo la fortuna de tener un negocio propio, la actividad de éste es monótona y repetitiva, como lo son muchos trabajos de oficina.
Creciendo en mis veintes (actualmente tengo 32 ) me dediqué a trabajar sin parar, sin tomar descansos de ningún tipo (salvo los fines de semana) y por ende sentía que todo ingreso debía ser ahorrado para mi vejez ( hazme tú el favor, para mi vejez la cual llegará dentro de por lo menos otros 30 años más) en fin, esa era mi idea de cómo debían ser las cosas y viajar para mí, resultaba un gasto más que una inversión.
A principios de 2017 tuve la oportunidad de viajar a Chiapas, México, y aún cuando sabía que estaba por visitar un lugar hermoso, lleno de cultura, arte e historia, nunca me imaginé lo grande que sería el cambio en mi alma después de ese viaje, está de más decirles que quedé maravillado por todo lo que vi.
México es un gran lugar para maravillarte en todo rincón, pero lo que me dió Chiapas fue algo indescriptible, me hizo saber que no estamos en este mundo para solamente despertar, trabajar, regresar a tu casa, dormir y volver a trabajar y así por el resto de tu vida. Me acuerdo vívidamente estar en las cascadas y pensar: ¡No Chingues! Todo esto sucede en el mundo y uno sentado 12 horas frente a la computadora de lunes a viernes.
Eso no es vivir, la vida es todos los momentos que nos regalamos que nos hacen sentirnos vivos, y hasta ahora, uno de esos (de mi top 5]) es justamente viajar, regalarte el poder maravillarte con tanta gente que conoces, los lugares que pisas, los olores, la comida, las churradas que te pasan en los viajes, en fin TODO lo que viajar te dá, que para mi es y seguirá siendo uno de mis grandes amores: VIAJAR, no hay mejor inversión, nada permanece en ti como lo que se queda en tu mente, creeme.
Ahora bien, podrás pensar: ¿Bueno y éste no conocía ni el mar o por que empezó a viajar hasta sus 20´s? Claro que toda mi vida viajé con mis padres y hermanos, tuvimos la oportunidad de visitar muchos lugares en México y en el extranjero, ¡pero ya vivirlo de adulto es otro boleto! elegir a dónde, cómo y cuándo, es una sensación indescriptible.
Mi artículo se llama así, por que a partir de ese momento, a pesar de que tengo los pies bien aterrizados en la tierra y sigo creyendo que trabajar es parte medular de la vida, hoy no pierdo ni una sola oportunidad de viajar, de darme ese respiro y de regalarme esos momentos, desde ese año (2017) he tenido la gran oportunidad de visitar muchos lugares: París, Roma, Frankfurt, Chiapas, California, Flagstaff, Phoenix, Orlando, Ciudad de México (de ahí soy originario), Guadalajara, Sinaloa, muchos pueblos y playas de Sonora (donde actualmente vivo), Guanajuato y eso a contribuido a mi fantasía technicolor (así le llamo a mi realidad) y de verdad no hay, hoy día, situación que me emocione más que viajar, digo ya sé que no estoy descubriendo la piedra filosofal.
Si estás aquí leyendo eres un viajero o persona que le apasiona viajar igual que a mi, pero lo que quiero transmitir, es: si aun no te animas a comenzar, crees que todo viaje es muy costoso, que es muy peligroso si no hablas el idioma o cualquier miedo que tengas en particular, mi consejo es: ¡Empieza ya! de poco a poco, la vida es un ratito, viaja solo, viaja con tu pareja, viaja con amigos, viaja con tus padres, nada absolutamente nada te va a dar más satisfacción que esa vulnerabilidad y exquisita sensación de ser nuevo en algún lugar. Te lo digo de corazón. La vida es un momento. Con cariño Mariano XO.