A partir del 1 de julio, Nueva Zelanda comenzó a cobrar un impuesto turístico a todos los viajeros que planeen visitar el país.
El Impuesto Internacional a la Conservación y el Turismo (IVL, por sus siglas en inglés) tiene un costo de 35 dólares neozelandeses.
De acuerdo con el ministro de Turismo de Nueva Zelanda, Kelvin Davis, con este impuesto se busca que el país sea beneficiado a través del turismo, además de que los viajeros contribuirán directamente en la infraestructura que utilizarán durante su estancia y ayudarán a proteger los lugares naturales que visiten; por lo tanto, el impuesto se dividirá entre conservación y turismo, con tres áreas de atención, la conservación, infraestructura y sistemas.
Lee también: Mis impresiones de Nueva Zelanda
El impuesto se recaudará a través del sistema de inmigración.
Además de esta medida, a partir del 1 de octubre, viajeros de varias partes del mundo necesitarán tramitar una Autorización de Viaje Electrónica (ETA) con la cual se busca que el tiempo de los controles de migración sea menor y también se pretende fortalecer la seguridad fronteriza.
La ETA tendrá un costo de 9 dólares neozelandeses si el trámite se hace a través de la aplicación de Inmigración de Nueva Zelanda; y de 12 dólares neozelandeses si se tramita a través del sitio web de la misma.
Lee también: Nueva Zelanda pedirá ETA a sus visitantes
Al tramitar la ETA también podrán hacer el pago del IVL. Ambos requisitos tendrán una vigencia de dos años.