Por: Daniela Clemente Fajardo
Hace un tiempo coincidí con un extranjero en uno de mis viajes fuera de México, pasó cinco meses recorriendo el país. Me hizo muchas preguntas sobre la historia, la cultura de México y simplemente no pude responder porque no conocía México fuera del Sureste (de donde soy originaria), pero puedo recordar claramente sus palabras “No sabes de lo que te estás perdiendo”.
Sí, ¡sí discriminaba mi país! por la inseguridad, por el alto costo para viajar, por la distancia entre lugares, por la gente, por los mitos, ¡por todo! Sin embargo, también tenía muchas ganas de conocer ciertos lugares que solo veía por fotos y que me negaba a creer que eran así. ¡Pero bueno! ¡¿Como dice el dicho, “¡El que no arriesga no gana” ¿no?
Y así, agarré mi libreta, bolígrafo y comencé a escribir los lugares de México que quería conocer, los ordené por prioridades, investigué, leí artículos de esos estados y emprendí mi viaje sola.
Mi primer destino: el Nevado de Toluca; de un tiempo para acá he tenido una fascinación por las alturas, las montañas, siento que puedo observar gran parte del mundo desde arriba.
Fue uno de los retos más complicados de mi vida hasta el momento, el esfuerzo físico que se realiza para llegar a la cumbre no es fácil, pero tampoco imposible, cada paso dado valió totalmente la pena para increíble vista, poder atravesar por diferentes tipos de terreno, vistas, climas, etc. Muy recomendado el ascenso que realicé, logrando alcanzar los 4,680 msnm. ¿Alto no?
Baja California Sur, y hablo de este estado específicamente en dos partes.
Cabo San Lucas lo visité para poder observar y conocer a los mamíferos más grandes del mundo “las ballenas”, de verdad tú que me lees es algo impresionante verlas, poder sentir la fuerza y la ternura que irradian es increíble.
No soy una persona de tomar miles de fotos de todos mis pasos, no tengo una buena imagen de ellas en una cámara, pero sí en mi memoria, con eso basta.
Y continuando con mi recorrido por este estado llegue a La Paz y ahora le tocó el turno al pez más grande del mundo “El Tiburón Ballena” se los recomiendo, al principio me dio miedo, como es normal, ver un pez más grande que el barco donde estás parada no es tan fácil, ¡pero estando ya a lado de ellos te das cuenta de lo hermosa que es nuestra madre tierra, ¡privilegiados somos de estar aquí!
La Paz es una ciudad hermosa, increíble los atardeceres y su gastronomía es de las mejores que he probado.
Mi recorrido continuó por el hermoso estado de Chihuahua, para disfrutar del único tren turístico del país, el famoso “Chepe”. El recorrido como tal a través del tren es algo asombroso, las vistas de las barrancas, de los lagos, las montañas, la flora y la fauna, los pueblos mágicos, etc. Es una experiencia que todo mexicano debe presenciar al menos una vez en la vida.
Pero también el Chepe no es solo un tren, sino una mágica experiencia que te sorprende con los lugares y culturas a los que te adentra, en especial poder conocer a los rarámuris o tarahumaras, una leyenda de los que muchos hablan, pero que solo los describen su forma de vivir y su forma de ver la vida.
El pueblo mágico de Creel, la famosa puerta a la Sierra Tarahumara y las Barrancas del Cobre.
Los paisajes son increíbles, Creel y sus alrededores son conocidos por la variedad de formaciones rocosas que tienen, el bello lago de Arareko y la cascada de Cusarare, entre otros.
Otras de las estaciones y de las más famosas sino es que las más famosas del recorrido es la de “Barrancas” y “Divisadero”.
Ya mencioné que me encantan las alturas ¿verdad?, observar las extraordinarias Barrancas del Cobre es más que una vista realmente, desde mi experiencia personal fue un encuentro de sentimientos, poder admirar por horas la inmensidad de la sierra, en mi experiencia personal, fue un encuentro de sentimientos. Al mismo tiempo fue disfrutar de los distintos tipos de aventuras extremas que puedes realizar y la foto que es obligatoria “La piedra volada”.
Bauhichivo, Cerocahui y Urique fueron los siguientes destinos en mi camino y de los que tuve el privilegio de presenciar uno de los mejores amaneceres de mi vida, en el “Cerro del Gallego”.
Chihuahua, por lo mucho o poco que tuve la oportunidad de conocer, es un estado increíble, tiene unos paisajes impresionantes, se respira la naturaleza, aire fresco, la paz de sus montañas y lugares complicados de llegar valen la pena, así como su gastronomía y las gorditas aún más.
Por último, hice mi parada en el pueblo mágico sinaloense llamado “El Fuerte”, en el cual se puede disfrutar de varios recorridos turísticos por el Río Fuerte, la Plaza de las Armas, la zona arqueológica bosque secreto “El cerro de la máscara”, ver los vestigios de la migración de Aztlán, visitar las comunidades yoremes y poder presenciar sus tradiciones y forma de vida (un tour imperdible, Gracias Adrián y El Fuerte tours por sus atenciones).
El recorrido del Chepe me dejó como enseñanza la diversidad del país en el que vivo en todos los sentidos, la fauna, el paisaje, la flora, las formas de vida, las creencias, las personas, etc.
Yo que soy del sur y llegar al norte del país y encontrarme con todo eso podría decir que me deja como aprendizaje lo grande y diferente que es nuestro México.
Y así mi último destino, el bello estado de Nayarit, mi descripción de la Riviera Nayarit es “WOW”, si “WOW”, ¡Escribo Nayarit y se me vienen muchos recuerdos a la mente muy bonitos! ¡Sus playas son hermosas, algunas rebeldes pero perfectas para admirar! Mal paso, San Pancho, Sayulita, perfectas para disfrutar un atardecer a la orilla del mar, olvidarte de la contaminación de la ciudad y el ruido, rodeado de la tranquilidad de sus pueblos y su gente.
He tenido la oportunidad y satisfacción de conocer muchos más lugares de los que menciono en este artículo y ninguno menos importante, pero necesitaría muchos artículos para cada lugar, lugares como Chiapas, Oaxaca, la Riviera Maya, Yucatán, Campeche, Tabasco, Puebla, Querétaro, Guanajuato, Guadalajara.
Me falta mucho por recorrer de mi hermoso país, un día me arriesgué, me obligué a salir de mi zona de confort, de mi zona de miedo y ahora lo estoy haciendo, porque para miíviajar no significa otra cosa más que VIVIR, y vivir conlleva a todo lo demás. Si todos los días estas muriendo, ¿Por qué vives como si fueras a ser eterno?! ¡Y recuerda que nada te pertenece y todo es tuyo mientras lo contemplas!