Por: Blanca Saucedo
En Marzo decidí comenzar con el reto de ahorro de las 52 semanas. Así que para noviembre ya contaba con más de 10 mil pesos en mi bolsillo.
Mi intención era utilizar ese dinero para regalos navideños y comprar cambios de ropa nueva que pudiéramos estrenar en las fiestas decembrinas mi monkiki y yo. Pero en un arranque de locura pensé que lo mejor era que podría usarlo para ir a conocer otro lugar.
Mi niño no había montado nunca en un avión y ver su cara cuando lo hiciera era mi primer punto de partida para saber que estaba tomando una buena decisión (¡y vaya que lo fue!).
Decidí viajar a Mérida, Yucatán. Tengo amigos de allá y me decían que visitar el sur era mucho más económico de lo que muchos pensaban.
Estuve más de dos semanas organizando todo, creando un itinerario para aprovechar los días al máximo, comparando precios, buscando sitios para visitar; me quedé corta al decir que Yucatán es un estado tan lleno de sitios hermosos que no logré en una semana visitar ni la mitad. Pero lo que vi, lo volvería a ver, una y otra vez.
La cultura mexicana es tan palpable en aquellos sitios que de pronto te sientes extranjera y con tristeza te das cuenta que tú desconoces mucho de tu propia gente y cultura.
Es verdad cuando dicen que Monterrey es una ciudad que se apega más a las costumbres gringas que a las de su propia tierra 🙁
Buscando economizar descubrí que organizando un vuelo IDA y VUELTA con diferente destino era mucho más económico que un vuelo redondo. Así que se fueron dando las cosas para poder visitar tambien Cancún. ¡¡Y seguía dentro de mi presupuesto!! ¡Visitaríamos la playa de Cancún!
Salí de Monterrey directo a Mérida. Apenas aterrizamos y sin perder tiempo fuimos a dejar nuestras cosas a la habitación que renté por medio de una app y partimos en un camión que sale de la central de autobuses rumbo a Playa Progreso. La Playa allí deja mucho que desear, pero la comida de los sitios alrededor equilibra eso.
Fuimos a comer a Eladio´s y pedimos “solo botana” (te llevan todos los platillos típicos de allá para probar) y solo cobran tu bebida. Una ganga. Regresamos a Mérida y nos fuimos a conocer su plaza principal.
Al día siguiente fuimos a conocer las Pirámides de Uxmal (¡que buena vibra se siente en esos sitios!).
Los tour son carísimos, pero yo había hecho mi tarea de investigación de punta a punta y sabía que de la central de autobuses sale un recorrido cada hora. Solo pagué $250 por los dos (el tour me cobraba 3 mil pesos) y regresamos en el autobús de las 5 de la tarde (que es el último).
Solo tienes que avisar al chofer que te lleva en la mañana que estarás esperando ese autobús (ya que es el último).
En Mérida anochece muy temprano. Ya estábamos en Mérida a las 6:30 de la noche, así que estaba en un horario excelente para conocer uno de los sitios que estaba dentro de mi itinerario:
Paseo del Montejo. Tienen que verlo de noche, ¡es espectacular! No voy a recomendar ningún sitio en especial para comer en Mérida, porque casi todos los que se encuentran alrededor de la plaza principal son económicos y riquísimos. Pero tienen que probar la cochinita pibil, la sopa de lima y de postre una marquesita que consigues casi en cada esquina de la ciudad.
Salimos al día siguiente en el autobús de las 6 am rumbo a Chichén Itzá. No tengo palabras para describir todo lo que uno siente al ver todo lo que hicieron nuestros antepasados y sentir tal impotencia al saber que nuestro país es tan bello, tan fuerte, y que todo se lo está comiendo la gente corrupta que nos gobierna (ejem, ejem… ya quise entrar en política).
CHICHÉN ITZÁ es ÚNICO. Nuestro tour en Chichén terminó a las 3 de la tarde y de allí partimos rumbo a Valladolid, Pueblo Mágico. (Y sí que lo es). Su comida es ¡¡otro nivel!! Pero extrañé las marquesitas de Mérida.
De Valladolid salimos rumbo a Cancún. Fueron 4 horas de camino aproximadamente, así que para las 9 de la noche ya estábamos allí. De la central de autobuses nos fuimos caminando rumbo al hotel. Estaba solo a unas cuantas cuadras. El hotel donde decidí que nos hospedáramos resultó ser un acierto total.
El camión que nos llevaba a la zona hotelera (y sus playas), pasaba a solo una cuadra y solo pagué 25 por c/u.
A las 9am ya estábamos en el muelle esperando el Ferry que nos llevaría a Isla Mujeres. Allí cometí un error. Pague el ferry “elegante”, el que no lleva autos, el que solo lleva turistas y pagué 700 pesos. Había un ferry que solo cobraba 75 pesos y estaba a dos puertos más de allí. Después lo supe. Pero bueeee… Isla Mujeres es hermosa, tranquila y gratis (si no incluyes el ferry) jajajaja, yo quedé enamorada de su playa tranquila, donde podía ver a mi niño nadar y caminar y caminar dentro de la playa sin miedo a que el agua superara su estatura.
Su comida sí es cara, Cancún en si es muy caro en todo alrededor de la Zona Hotelera. Gasté más allí en comida de lo que gasté por tres días en Mérida.
Solo estuvimos un día y medio en Cancún. A la mañana siguiente salimos de Cancún hacia Monterrey en el vuelo de la tarde. Como nota adicional, puedo decir que amé no recibir una sola queja de cansancio o fatiga por parte de mi hijo cuando se ponía a caminar a un lado mío mientras conocíamos todo. El estaba tan encantado como yo. ¿Y que creen? Solo utilizamos mi reto del ahorro de 52 semanas. Y disfrutamos muchísimo.