La Lengua de Ernesto

Justo después de comprar mi boleto una amable guía me invitó a recostarme en una instalación de red con formas caprichosas rellena de pelotas. Una vez tirado en ella, la mujer me invita a describir la sensación que me da la obra. Yo le contesto que es como estar en el vientre materno. Ella sonríe y me dice que la intención del artista es invitar al espectador a vivir algunas de sus obras, cerrar los ojos y dejarse llevar por lo que dictan los sentidos. Le pido me cuente un poco más y con alegría me describe como la instalación artística fue tejida por mujeres de las fabelas de Rio de Janeiro y que el artista les dejó decidir los colores respetando las formas.

En otro salón me tiro e el piso para observar una enorme obra colgante con formas de enormes gotas de agua en apariencia fabricada con el mismo nylon con el que se hacen las medias de las mujeres (o por lo menos esa impresión me dio) relleno de pequeñas bolitas de unicel.

Gracias a la explicación de la amable guía las “gotas de agua” van cobrando la forma que el mismo artista creo. Una pareja haciendo el amor.

La imaginación y los sentidos se van de viaje con el resto de las obras expuestas, que incluyen una especie de costal-camisa que se puede poner, cargar y usar de asiento.

Tocar, sentir, percibir, oler y hasta vivir el arte es una experiencia que ofrece la exposición “La lengua de Ernesto” del artista brasileño Ernesto Neto en el Antiguo Colegio de San Ildefonso en la Ciudad de México.