Guatemala:
Tan cerca de casa y a la vez me sentí tan lejos, muy muy lejos.
Quizás fue porque encontré muy pocos turistas de habla hispana. Y al mismo tiempo, nunca había escuchado a tantos extranjeros hablar español.
Claro está, el viajero que la visita es porque realmente está interesado en su historia, su tierra y su cultura.
Es muy curioso cómo a pesar de ser culturas hermanas (me refiero a la mexicana y la guatemalteca), son tan distintas desde la perspectiva del viajero.
En Guatemala me sentí libre. Subí hasta donde no se podía subir (Por supuesto, idea de mi querido compañero instagramero @monodelespacio), caminé junglas completas, guiado por la luna y las estrellas, en búsqueda de ciudades mayas, exploré ruinas de templos y monasterios coloniales, despertaba con el sonido de la selva e hice grandes amistades.
Indudablemente Guatemala se ha convertido en uno de esos destinos por el cual mi corazón viajero siempre suspirará al escuchar su nombre. Su luz, sus atardeceres, sus lagos, sus volcanes…
Son este tipo de destinos donde hay tanto por explorar que terminamos descubriéndonos a nosotros mismos.
Viajeros, ¡ A viajar !
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4.5