La belleza insuperable de Río de Janeiro la llamo una “fortuna natural”, un devenir de montaña y mar en balance perfecto. A los que fundaron la ciudad hace 450 años o los que hoy la habitan, los entiendo perfectamente; cualquiera que presencie un lugar así, por primera vez, querría llamarlo hogar para siempre.
Es un hecho que los urbanistas más geniales tuvieron que llevar su creatividad y talento hasta el ápice de sus posibilidades, para construir una extraordinaria metrópoli a pesar de la compleja topografía local. Aquí la buena calidad de vida, el desarrollo económico y la cultura fusión carioca-europea, han sabido adaptarse a la vegetación atlántica, cerros rocosos y a las playas de ensueño, para crear una mezcla mágica de sensaciones eternas. Río es por eso, la Cidade Maravilhosa.
“Para todos los navegantes del mundo”
Esta es una ciudad para todo tipo de “navegantes”, modernos Magallanes de los mares del mundo. Turistas o businessmen, innovadores o tradicionales, parejas con amores de poco o de amores de siempre, legendarios; solteros, padres y madres, hijos, aventureros o contempladores. Esta ciudad es abundante y generosa, como el gigante situado en el cerro del Corcovado, un Cristo Redentor con los brazos bien abiertos extendidos en el cielo. ¡Bienvenidos!
“Para los líderes comerciales”
Río de Janeiro no es sólo un destino vacacional de temporada alta. Río se ha consagrado en la última década como un lugar estratégico, a lo largo de todo el año, para descubrir oportunidades de negocio, emprender nuevos proyectos y fortalecer relaciones profesionales. La ciudad es un gran centro de comercio, servicios e industrias, con importantes puertos para exportaciones e importaciones. Aunque, claro, lo que es evidente y representa la mayor ventaja competitiva de esta metrópoli, es que para los líderes comerciales, hacer negocios en las cálidas playas cariocas resultar ser más cordial y placentero que en otras partes del planeta.
“Para los bohemios de la vida”
Para los bohemios de la vida y de la cultura en sus diferentes expresiones artísticas, el centro de la ciudad, en especial la zona conocida como Cinelândia, conserva en sus edificios las memorias coloniales europeas de siglos pasados, con sus remembranzas inglesas, francesas y por supuesto portuguesas: la Biblioteca Nacional, el Teatro Municipal, la Plaza Imperial, la Academia Brasileña de Letras; y excelentes museos que, por lo menos nominalmente, nos recuerdan a los de Nueva York: el Museo de Arte Moderno, el Museo de Historia Natural, el Museo Nacional de Bellas Artes y el Museo Carmen Miranda.
“Para los coleccionistas de suspiros”
Para los aventureros y coleccionistas de suspiros, los cerros de Río son, desde sus puntos más altos, miradores de paisajes únicos e idílicos. Desde los cielos cariocas podrán observar la bahía de Guanabara, el Puente Río-Niteroi, El cerro del Corcovado y la Playa de Copacabana. Para subir al Pan de Azúcar – Pão de Açúcar– se toma un teleférico de cristal que hace escala en Morro da Urca, para después proseguir hasta el monolito más famoso de Brasil. Las vistas son extraordinarias en la mañana cuando el cielo, despejado de nubes, es claro y diáfano. También, los bellos atardeceres rosas, puramente melancólicos, son el momento justo para dar un beso o un abrazo a un ser querido o uno mismo.
Para ver Río desde los cielos con otra perspectiva, el cerro del Corcovado es el siguiente destino privilegiado. Se toma un tren desde la estación Cosme Velho, que atravesando la Floresta da Tijuca, te transporta entre un verde inventado, carioca intenso, de cascadas y maleza, hasta donde yace estoico el Cristo Redentor, símbolo de la majestuosidad de esta ciudad brasileña.
“Para los deportistas inquebrantables”
Río ofrece una gama de actividades para los deportistas inquebrantables. En la playa de Ipanema, la Barra da Tijuca y São Conrado se puede practicar el surf y el kitesurf en el mar, mientras que en Copacabana, sobre la arena, el fútbol, voleibol y “futevôlei” son los más populares. Para los runners y ciclistas, existen caminos peatonales y ciclovías que te permiten transitar a lo largo de las playas; para los hikers el mejor lugar es el Parque Nacional da Tijuca; para los climbers hay tres opciones Pedra da Gávea, el mismísimo Pan de Azúcar o el Corcovado; y finalmente, para los más aventureros, puedes volar con “ala delta” desde el São Conrado y planear sobre el Parque Nacional da Tijuca.
El mundial de fútbol en 2014 dejó un Estádio do Maracanã rejuvenecido y modernizado, además de una buena parte de la infraestructura para los Juegos Olímpicos Río 2016. Visitar el Estádio Jornalista Mário Filho, verdadero nombre del Maracaná, es sumamente recomendado.
“Para los cazadores de sol”
Para los cazadores de sol, las mejores playas son: Ipanema y Copacabana. Ambas ofrecen arenas limpias y suaves para descansar contemplando los azules atlánticos a través de una ventana imaginaria de brisa fresca, mientras se disfruta de una rica caipirinha o una cerveza fría en alguno de sus kioscos. La playa es ideal para todo tipo de momentos: disfrutar de un partido de fútbol playero entre niños de las favelas, como el más apasionado de los aficionados, sumergirte en las aguas templadas del océano; quizás pasar un momento romántico bajo el sol con el amor de tu vida o construir castillos de arena medievales con tus hijos.
“Para los buscadores de veladas nocturnas”
La música en vivo es la esencia de la vida nocturna en Río y la Samba es la inexorable alma de la ciudad, ya sea en un bar, en la playa o en los live clubs. Los principales Samba clubs están en Lapa, pero existen muchos otros esparcidos musicalmente por la ciudad. Además, existen otros géneros muy bondadosos como el live jazz y el Forró. En cuestión de bares, existen desde el meramente tradicional como el boteco, de corte informal, para ir a tomar cervezas y caipirinhas con los amigos, hasta los bares más exclusivos de Leblon con una oferta más variada de cocktails de autor. Finalmente, para una noche más extrema hasta al amanecer, están los nightclubs o boate, que son el destino final en el siempre insomne Río.
La apoteosis del ambiente festivo se alcanza con las dos fiestas más importantes de la ciudad: El Carnaval de Río de Janeiro, entre febrero y marzo, con una explosión multitudinaria de alegría, capoeira y samba; y el año nuevo, con un espectáculo de fuegos artificiales, que se lanzan desde barcos en alta mar en frente de las costas de Copacabana.
“Para los ávidos degustadores”
Una opción muy colorida para los ávidos degustadores, es deleitarse con la gastronomía local en la playa. Los vendedores ambulantes, dromedarios sobre la arena carioca equipados con enormes hieleras, te ofrecen brochetas de camarón fresco cocido al momento, con aceite de oliva y ajo, brochetas de queso con aceite de oliva y orégano, panes de relleno dulce o salado, Salgadinhos y smoothies de bayas de Açaí amazónicas, un superalimento muy de moda; además de la tapioca, un tipo de crêpe hecha a base de mandioca de yuca. Para tomar una caipirinha de maracuyá, cerveza clara, té Matte Leão frío o agua de coco fresca, ideal para la deshidratación causada por insolación o por la intensidad de la noche de samba del día anterior. En cuestión de restaurantes, por su localización costera, los mariscos y el pescado son una excelente opción; existen churrascarias para los carnívoros más implacables, buffets de comida-a-kilo, restaurantes de comida internacional y restaurantes vegetarianos con menús de frutas coloridas y verduras exóticas.
“Para los que se hospedan en el lugar perfecto”
No hay mejor lugar para quedarse en Río – y muy pocos en el mundo – como Copacabana. Y es en este escenario que el Hotel JW Marriott de Río de Janeiro, se yergue como el recinto perfecto para vivir las experiencias y emociones de la Cidade Maravilhosa. Poder observar desde la piscina del techo los portentosos paisajes naturales, es una de las muchas actividades que podrás realizar en el hotel. Sus habitaciones de lujo, son una atracción más en tu visita y en ellas disfrutarás de todos los servicios a tu disposición. La comida en el restaurante es una total delicadeza y los cocktails en el Bar Lounge un delirio. Ve al gimnasio temprano por la mañana para empezar con energía el día, o al spa por la noche, al final de la jornada, para relajarte. Para eventos sociales, encuentros de negocios y conferencias JW Marriott tiene elegantes instalaciones totalmente equipadas con servicios de catering y tecnología de vanguardia.
“Río es un beso de limón, azúcar y cachaza”
Río de Janeiro, no es un destino, ni tampoco unos días contados de estancias efímeras. Río es un estilo de vida, un abrazo que perdura. Río es una danza excitante y romántica, es un presente y una futura esperanza. Río es estar siempre enamorado, es un beso de limón, azúcar y cachaza. Río, fue una vez la única capital europea fuera de Europa en el siglo XIX, ahora es también una de las pocas ciudades en el mundo dentro de mi corazón.
Dato extra. Algo sobre Movilidad
Arribar a Río es simple. Su moderno aeropuerto internacional Antônio Carlos Jobim (Galeão), recientemente remodelado para la Copa Mundial de Fútbol 2014, acoge a los pasajeros que vuelan desde el extranjero; mientras que si vuelas internamente, por ejemplo desde Sao Paulo, Brasilia o de algún colega nacional del Mercosur, seguramente aterrizarás en el Aeropuerto Santos Dumont.
Para transportarse al interno de la ciudad existen múltiples maneras. El metro es eficiente y seguro, aunque con sus dos líneas, es muy limitada su cobertura urbana. Los autobuses son efectivos pero pueden ser algo caóticos. También, existe la posibilidad de rentar un auto, aunque el tránsito vehicular suele ser problemático y congestionado. Los taxis son una buena opción y cuentan con taxímetro: puedes tomarlos en la calle o pedirlos a domicilio, a través de radio taxis o servicios de taxis desde tu smartphone, utilizando apps para encargar y monitorear tu viaje en tiempo real. ¡Bienvenidos a bordo!