Corea del Sur es un país donde la modernidad y la tradición convergen en perfecta armonía. Este destino, famoso por sus avances tecnológicos, también resguarda tesoros culturales y naturales que fascinan a viajeros de todo el mundo.
A continuación, te compartimos 10 experiencias imperdibles para vivir en tierras surcoreanas.
Maravillarse con la ciudad de Seúl
El vibrante corazón de Corea del Sur es un caleidoscopio de rascacielos, mercados tradicionales y templos centenarios. Desde el moderno barrio de Gangnam hasta la serenidad de los jardines del Palacio Changdeokgung, Seúl ofrece una diversidad de experiencias que capturan su espíritu dinámico.
Para disfrutar al máximo, dedica al menos tres días a explorar sus puntos icónicos como la Torre N de Seúl, el mercado de Myeongdong y el barrio histórico de Bukchon Hanok Village. No olvides probar el café en sus famosas cafeterías temáticas y utilizar el metro, eficiente y fácil de navegar.
Impresionarse con el Palacio Gyeongbokgung
Construido en 1395, este majestuoso palacio es un testimonio de la dinastía Joseon. Sus pabellones, rodeados de estanques y jardines, transportan a los visitantes a un pasado lleno de esplendor.
El cambio de guardia, que se realiza varias veces al día (excepto los martes), es un espectáculo que no debes perder. Para una experiencia más auténtica, alquila un hanbok (vestimenta tradicional coreana) y disfruta de entrada gratuita al palacio mientras te sientes parte de la historia.
Horarios:
– Ceremonia de Cambio de Guardia: 10:00 y 14:00 / Duración: 20 minutos
– Ceremonia de Vigilancia de la Puerta Gwanghwamun: 11:00 y 13:00 / Duración: 10 minutos
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Conocer las hanoks de Jeonju
Jeonju, considerada la cuna del bibimbap, también es famosa por su aldea de casas tradicionales. Pasear por sus calles empedradas entre hanoks de madera permite experimentar la arquitectura y la vida cotidiana de antaño.
Además, los talleres de artesanías y la gastronomía local enriquecen esta inmersión cultural. No dejes de visitar el Jeonju Hanji Center para aprender sobre el papel tradicional coreano y participar en talleres interactivos donde pueden hacer su propio hanji y otras manualidades.
Visitar la Zona Desmilitarizada (DMZ)
Uno de los lugares más intrigantes del mundo, la DMZ permite atisbar la tensión política que define la relación entre las dos Coreas. Visitar esta área, guiado por expertos, es una oportunidad única para comprender su historia y su impacto en la región.
Asegúrate de reservar con anticipación, ya que las visitas suelen estar limitadas. Lleva calzado cómodo y no olvides tu pasaporte, ya que es necesario para acceder a ciertas zonas.
Disfrutar su increíble gastronomía
Desde el kimchi picante hasta los dulces hotteok rellenos, la cocina coreana es un festín para los sentidos. Mercados como Gwangjang en Seúl son un paraíso para los amantes de la comida callejera, mientras que los restaurantes de alta cocina reinterpretan los sabores tradicionales con innovación.
No te pierdas el bulgogi, el samgyeopsal (barbacoa coreana) y los tteokbokki (pasteles de arroz picantes). Si buscas una experiencia única, visita una casa de té tradicional y deleítate con dulces coreanos acompañados de té artesanal.
Recorrer el centro histórico de Gyeongju y sus templos
Conocida como “el museo sin paredes”, Gyeongju alberga tesoros como el Templo Bulguksa, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sus antiguas tumbas y pagodas cuentan historias de un reino que floreció durante más de mil años.
Reserva tiempo para visitar el observatorio astronómico Cheomseongdae (el más antiguo de Asia) y el estanque Anapji (construido por orden del rey Munmu en el 674 d. C.), que es especialmente mágico al anochecer.
Disfrutar un amanecer en la playa de Haeundae, en Busán
La ciudad portuaria de Busán combina modernidad y naturaleza. La playa de Haeundae, famosa por su amanecer, ofrece un espectáculo inolvidable. Además, los restaurantes cercanos sirven mariscos frescos que complementan la experiencia.
Aprovecha para visitar el mercado de pescado de Jagalchi (con pescados y mariscos frescos para llevar o comer en los puestos informales) y el templo Haedong Yonggungsa, uno de los pocos ubicados frente al mar.
Practicar la contemplación en Apsan Park
Ubicado en Daegu, este parque es un refugio para quienes buscan paz y reflexión. Sus senderos conducen a miradores que ofrecen vistas panorámicas de la ciudad, ideales para la meditación y la fotografía.
Sube en telecabina para disfrutar de una experiencia cómoda o desafía tus habilidades con una caminata hasta la cima.
El teleférico suele abrir a las 10:30 y su cierre depende de la temporada del año, se recomienda que verifiques en la página oficial para conocer los horarios el día de tu visita y comprar con anticipación.Su precio es de 14 mil wones coreanos.
Realizar rutas de senderismo en sus islas
Jeju, conocida como “la isla de los dioses”, es un paraíso para los amantes de la naturaleza. Sus senderos atraviesan campos de lava, cascadas y playas. El monte Hallasan, un volcán inactivo, desafía a los excursionistas con sus vistas espectaculares desde la cima.
También puedes explorar la ruta Olle Trail, que rodea la isla y ofrece una perspectiva única de sus paisajes costeros.
Empaparse de cultura milenaria
Desde festivales como el de los faroles de Seúl hasta la práctica del taekwondo en sus lugares de origen, Corea del Sur celebra sus tradiciones con orgullo. Los museos nacionales y las aldeas culturales permiten explorar este legado en profundidad.
Participa en ceremonias del té, aprende caligrafía o asiste a espectáculos de danza tradicional para una experiencia verdaderamente auténtica, ¡no te vas a arrepentir!
Corea del Sur cautiva con su dualidad: una nación que mira al futuro sin olvidar sus raíces. Este destino invita a todos los viajeros a descubrir su esencia a través de estas 10 experiencias inolvidables.
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