En el escenario desnudo, apenas un escritorio, una silla y una luz que corta la oscuridad, Regina Blandón se adueña de Prima Facie con una interpretación que estremece hasta el tuétano. La obra, escrita por la dramaturga australiana Suzie Miller, aborda un tema que, lamentablemente, no distingue fronteras: la violencia sexual y la impunidad que la perpetúa.
En México, cada día, 243 mujeres mayores de 18 años son violadas, según cifras del Senado, y la gran mayoría de estos delitos quedan impunes. La función de esta pieza no es solo conmover, sino también confrontar y, en el mejor de los casos, incomodar.
Blandón, despojada de cualquier artificio, es Tessa Ensler, una abogada que ha construido su carrera bajo la lógica de que el sistema judicial es infalible. Su verbo afilado y su inteligencia brillante la hacen una defensora temida y respetada. Sin embargo, su confianza en la ley se tambalea cuando ella misma se convierte en víctima de la violencia que tantas veces desestimó en los tribunales. Es aquí donde Blandón se transforma por completo: de la mujer segura que domina el estrado con cinismo, a una figura quebrada por la realidad de un sistema que protege más a los agresores que a las víctimas.
El texto de Miller es un golpe seco, un testimonio que no permite desviar la mirada. Su lenguaje es directo, sin concesiones, y Blandón lo ejecuta con una entrega feroz. Su cuerpo, su voz y sus silencios son una denuncia viva.
La dirección mantiene el ritmo preciso, evitando cualquier exceso melodramático, dejando que la crudeza del monólogo hable por sí misma. No hay adornos innecesarios: solo la verdad en su estado más crudo.
Prima Facie es fuerte, sí. Pero es necesaria. En un país donde la impunidad es norma, donde tantas mujeres callan porque saben que denunciar es enfrentarse a un sistema que no las cree, esta obra es un grito que no puede ni debe ser ignorado.
Blandón no actúa: encarna una realidad que muchas han vivido y que pocas han podido narrar con la fuerza que aquí se presenta. Al salir del teatro, la indignación no desaparece. Quizá ese sea su mayor triunfo: dejarnos sin respuestas fáciles, pero con la certeza de que el silencio nunca puede ser la opción.
Quedan las últimas semanas, ¡no se la pierdan!
Dónde:
Teatro Milán: Del 28 de febrero al 20 de abril de 2025.
Teatro Helénico: Del 26 de abril al 11 de mayo de 2025.
Cuándo: Viernes 20:45 horas, sábado 19:30 horas y domingo 17:30 horas.
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