Isla de Pascua. Alguna vez había escuchado hablar de ese lugar tan lejano habitado por seres gigantes de piedra volcánica, existente sólo en películas de Hollywood.
Sí existe. Y es magia.
Resulta que la Isla de Pascua es una isla de Chile ubicada en la Polinesia, en medio del Océano Pacífico y con una población aproximada de cinco mil habitantes, se considera la isla más alejada de cualquier continente en nuestro planeta, por lo que ha estado completamente aislada de la historia universal y del mundo entero (no existen bichos, ni mosquitos en la isla, por ejemplo).
Rapa Nui, como prefieren llamar los locales a su isla, me recibió con la noche más estrellada que he visto en mi vida.
Desde muy pequeño me gustaba ver las estrellas con mi papá, en una casa de campo que teníamos lejos de la civilización, del ruido y mi adultez. Recuerdo perfectamente estar acostado en el suelo viendo hacia el cielo junto a él, siempre en busca de estrellas fugaces o cometas (los cuales siempre confundía con satélites artificiales), hablábamos de sueños y yo le hacía preguntas sin sentido, sin pensar, en aquella edad donde aún no se le tiene ningún secreto a los padres y las verdades de la vida aún no se presentan.
Realmente nunca logramos ver una estrella fugaz. Quizás por la cercanía a la mancha urbana o quizás por cualquier otra razón que a esa edad yo no comprendía.
Decidí pasar mi primera noche en la Isla acostado en el suelo como en mi infancia mirando hacia el cielo estrellado, frente al mar, en busca de alguna estrella fugaz.
Una noche de estrellas sin nubes, sin luna, pero llena de nostalgias y recuerdos de mi infancia.
Y entonces, apareció.
La estrella fugaz más grandiosa que se ha visto en este planeta digna del castillo de la Bella Durmiente, polvo de hadas incluido. Uno de esos momentos que sabes nunca se irán, y permanecerán contigo para siempre.
Comenzaba a entender aquella magia o “el Mana” de la que tanto hablan los Rapanuis. El significado del Mana puede entenderse como una energía que se interpreta desde diferentes perspectivas generalmente relacionado con la energía la cual se cree desplazó y levantó los Moai de la Isla de Pascua.
Aún no sé si aquello que vi esa noche fue realmente una estrella fugaz o una hada recordándome lo mágica que puede ser la vida. Lo que sí sé es lo primero que pensé fue cuánto me hubiera gustado que mi padre estuviera junto a mi para presenciar eso que siempre buscábamos por las noches en la casa de campo de mi infancia y aquella noche se manifestó de una forma tan majestuosa. Sin embargo también entendí que esa es la vida y las cosas suceden cuando suceden y no cuando uno quiere, por lo mismo hay que estar siempre con los ojos bien abiertos preparados para recibir los regalos que nos tiene la vida.
El día comienza. El sol aparece detrás del mar, 15 Moais de 14 metros de altura despiertan contra luz frente a mí. Mauricio, Bienvenido a Rapa Nui.
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