Por: Abraham Alba Hernández
Pocas veces en la vida vives momentos tan especiales y emocionantes que realmente te cuestionas de su veracidad, pues parecen sueños que solo pueden ser posibles en tu cabeza.
Hace unos meses la idea de estar al otro lado del mundo me hubiera parecido de los más ridícula para mi realidad, pero así comenzó un viaje que ha cambiado mi vida y la perspectiva que tengo de ella.
Cuando todo comenzó, y la idea de ir a Europa apareció, realmente no fue lo que esperaba, hacia tanto tiempo que ansiaba con ir a NYC, que ir a Europa fue como una bofetada en la cara-la mejor bofetada que pude haber recibido-. Solo pensé ‘otro año más sin ver The Lion King’. Desde que tengo memoria mi sueño siempre había sido ver The Lion King en Broadway y otro año más pasaría sin verlo. Mas sin embargo cumpliría mi sueño de visitar los mejores museos de arte de Europa y del mundo entero.
El viaje empezó el 11 de julio en la mañana. Volamos de Ciudad de México a Miami con una escala de 7 horas y de allí no paramos hasta París. Nunca había estado tanto tiempo en un avión, y mucho menos ansioso de descubrir París.
Después de toda una travesía por el aeropuerto para cambiar dinero y descubrir cómo conseguir un boleto para el RER a París, nos embarcamos en el metro para llegar al hotel.
Aunque llegamos casi crudos por el jetlag tomamos una ducha y nos decidimos empezar a explorar la ciudad. Fuimos en bicicleta hasta Shakespeare and Company, la librería más bella y sorprendente que he visitado y en la que me gaste casi todos mis ahorros con libros de Hemingway, Fitzgerald y el guión de Before Sunrise y Before Sunset, no hay nada como leer a Hemingway en París. Después de una larga visita a la librería nos dirigimos otra vez en bicicleta pero ahora a la Torre Eiffel; y como dijo Alan, nada te prepara para el momento en el que vez la torre Eiffel por primera vez. Cabe destacar que por alguna razón nunca en mis 18 años había aprendido a montar la bicicleta y unas semanas antes había aprendido para cumplir el sueño de mi madre de conocer París de esta manera; soy la persona menos hábil en la bici, y eso se lo pueden preguntar a todos los franceses y turistas que me vieron caer mas de un par de veces a la orilla de Sena (ese soy yo, haciendo osos internacionales since 1996)
Después de verla nos trepamos a un bote en el Sena para ver sus puente e iglesias, siendo este uno de los highlights de París, nada es más hermoso que ver el atardecer en un bote en París.
El día siguiente visitamos el Musée de l’Orangerie en el cual casi lloro de la emoción con la colección de Nymphéas de Monet, cruzamos los Champs Élysées y subimos al Arco del Triunfo. De paso hasta vimos la enorme carabana de Peña Nieto (pues en esos días el estaba por allá).
El tercer día fue uno de los más especiales, fue 14 de julio, la fiesta nacional de Francia. Empezamos temprano para descubrir el castillo de Versailles donde me emocione tanto viendo donde mi querida Sofia Coppola había filmado Marie Antoinette. Después fuimos al museo que se convirtió en mi favorito, el Musée d’Orsay. Soy un gran fan de Doctor Who y de Van Gogh, fue como vivir un sueño, caminar por la entrada del museo y de repente ver desplegarse ante ti la colosal galería de la antigua estación de tren, WOW!!! subir las escaleras fue mágico, mi capítulo favorito de Doctor Who es cuando el Doctor conoce a Vincent Van Gogh y al final lo lleva a ese museo y se da cuente de lo que su arte llegara a ser y significar. En verdad escuché en mi cabeza el soundtrack del capítulo mientras subía las escaleras y entraba a la sala de Van Gogh y Gauguin y vi el autorretrato de Van Gogh. Nunca imagine experimentar en algún modo el síndrome de Stendhal, fue el momento más especial que he vivido. Van Gogh sin duda es uno de los mejores artistas que hayan pisado la tierra. Durante la noche fuimos a la torre Eiffel a ver el espectacular espectáculo de fuegos artificiales y el concierto de música. Hacía tiempo que no veíamos algo así, el ambiente y la música fueron magníficos.
El día siguiente visitamos el museo Rodin, los Inválidos, Notre Dame y por último una de las joyas olvidadas para los turistas, el Panthéon un edificio exquisito que conserva a los héroes nacionales.
El jueves visitamos el Musée du Louvre y el Centre Pompindou otra joya perdida para muchos, es el museo de arte moderno más grande en Europa con obras de Pollock, Basquiat, Kandinsky y más. Después regresamos por tercera vez a la torre Eiffel pero ahora para subirla a pie y maravillarnos con las vistas de la ciudad que se convirtió en mi favorita pese a la cantidad exorbitante de turistas.
El último día cruzamos la ciudad hasta Montmatre para ver Sacré-Cœur. Después de una larga caminata terminamos de ver la ciudad y volvimos a Shakespeare and Company ¡¡¡a comprar más libros!!!
Seguido de un largo contratiempo de un día entero,causado por perder un vuelo llegamos a Roma con él soundtrack de Lizzie McGuire estrella Pop -un highlight de mi infancia, si soy el rey de los guilty pleasures-, una ciudad que prometía mucho y cumplió poco. Iba emocionado, pues días antes Alan había subido los vídeos de Roma y estaba desesperado por descubrir la ciudad. Visitamos en un día La fuente de Trevi ya con menos andamios que en el vídeo de Alan, el Panteón, la Piazza Navona, el Coliseo y el Paladino. La experiencia fue casi horrible; los italianos nos trataron de manera descortés rozando con lo grosero, llegaron a aventarnos el dinero mientras pagábamos!!!
Íbamos con la esperanza de asombrarnos con los museos Vaticanos que según mi papá eran los mejores que había visto. Big Mistake. Después de una larga fila de tres horas para los museos entramos emocionados para descubrir uno de los peores museos que hemos visitado, la colección parece que no ha tenido a un curador en mucho tiempo, todas las piezas amontonadas y apiladas cual armario de adolescente, las personas agarrando y sentándose en objetos de cientos de años de antigüedad, los guardias ausentes o jugando en sus celulares. No es un museo de arte bueno de ningún modo, un museo de arte debe de sentirse y apreciarse por sí solo sin la ayuda forzosa de un guía de turistas. San Pedro es harina de otro costal, no hay iglesia que te sorprenda más que San Pedro, desde el momento en el que te acerca a sus gigantescas columnas sabes que será algo especial entrar. No soy católico pero WOW es impresionante la iglesia, ver sus techos y ver cómo entra la luz y ver las estatuas, es indescriptible la belleza que hay adentro de San Pedro.
Fue una descepcion ver una ciudad tan sucia, y descuidada y mucho más ver que no eres bien recibido como turista. No puedo decir que no me gusto, solo no me gustó tanto, la comida es grandiosa y no puedo decir que en ese par de días no tuve mas de un par de momentos en los que recordé escenas de la película de Lizzie McGuire.
El día siguiente volamos a Barcelona, una ciudad única con una grandiosa personalidad. Visitamos el primer día el Museo Nacional de Arte de Cataluña y la Plaza de España. Un museo de lo más exquisito que definitivamente fue el más placentero de visitar, las piezas eran para morirse y el hecho que no hubiera casi nadie hacia la visita más intima y especial.
El segundo día en Barcelona fuimos a las Ramblas no solo a ver el Mercado de la Boqueria, pero también a comprar un traje de baño para mi, porque como siempre tan distraído se me olvidó en casa. Visitamos el MACBA pues Keith Haring es uno de los artistas que más admiro y ahí hay una replica de su mural que hizo en la ciudad que fue destruido. Después de una caminata por el barrio gótico descubriendo Santa Eulalia del Mar, el Callejón de Obispo nos dirigimos a el Mediterráneo; un mesero de un restaurante exquisito llamado El Nogal, nos comentó que la Barceloneta era muy turistica y acostumbran robar, nos fuimos hasta Badalona, área conurbada de la ciudad sin turistas y solo locales disfrutando de las aguas refrescantes del Mediterráneo.
El último día en Barcelona fue espectacular, se lo dedicamos casi por completo a Gaudí. Nos levantamos temprano y fuimos a Plaça Catalunya para recorrer Paseo de Gracia pasando por la espectacular Apple Store, la Casa Batlló y la Pedrera. El Parque Güell fue increíble, una obra maestra, un mirador perfecto de la ciudad, los colores espectaculares, la música, uno de mis lugares favoritos.
Hasta ese momento las temperaturas de las ciudades que habíamos visitado habían sido constantes, no bajaban de los 28ºC llegando a mas de 36ºC. Entonces llegamos a Londres con lluvias intensas y una temperatura promedio de 17ºC. A pesar de eso la ciudad tiene mucho que ofrecer. La plaza Trafalgar y la National Gallery of Art hicieron que por segunda vez recordara a el Doctor. Fue grandioso ver otra vez tantos Van Gogh’s, Monet’s, Gauguin’s, Renoir’s y Degas’ en un solo espacio, además por supuesto de un Leonardo muy especial, Las Virgen de las Rocas-esta versión esta mejor que la del Louvre-. Nos alcanzó el tiempo para ir al Tate Modern y disfrutar de Warhol y Pollock, es grandioso el museo aunque se batalla el encontrar la entrada desde el metro mas cercano.
La mañana del siguiente día fuimos al Palacio de Buckingham para ver el cambio de guardia y de ahí caminar al Big Ben y el Parlamento. Nos trepamos a un autobus rojo y fuimos a parar al Museo de Historia Natural, tenía mis dudas, pero valió la pena, fue muy distinto a todo lo que habíamos visto antes, pues solo habíamos ido a museos de arte, pero simplemente por el edificio vale la pena entrar. Es increíble todo lo que tienen en el museo expuesto, hasta encontramos al Popocatepetl en la sala de volcanes!!!!
Y llegó el momento que tanto ansiaba, ese día fuimos a ver The Lion King en el Lyceum Theatre. Magnifico. No hay manera de describir el musical, fue perfecto, los actores, bailarines, los músicos, todo fue perfecto. No habíamos ido a un teatro fuera de México, y el hecho que no hagan
las tres llamadas y de repente empiece a cantar Rafiki fue grandioso. He Lives In You fue perfecto, siempre fue mi canción preferida de El Rey Leon y verla en vivo realmente fue de lo mejor que he vivido en mi vida, cumplí un sueño que se había creado hacía mas de diez años en mi niñez. Fue tan especial que hasta llegué a llorar de la emoción y la felicidad. King of The Pride Rock/Circle of the Life -la última canción- fue impresionante el final fue espectacular, cuando todo el elenco se reune en la roca del rey y cantan The Circle Of Life a todo pulmón y te deja la piel chinita. No hay manera de describir la emoción de ver un sueño realizarse. Fue una de las mejores experiencias que he vivido.
El último día se lo dedicamos al British Museum,impresionante las colección que tienen, de hecho la sala de México contiene estelas y objetos que no habíamos visto en México. Es demasiado grande el museo, vale la pena, pero simplemente ese día había demasiada gente como para disfrutarlo en su plenitud. Volvimos al hotel y nos dirigimos a St. Pancras para tomar el tren a París, la ciudad que me enamoró. Fue una gran despedida, al llegar a París, no se si haya sido mi imaginación pero vi la Torre Eiffel por ultima vez iluminada con su faro a lo lejos abordo del tren. El día siguiente salimos temprano al aeropuerto para tomar un vuelo a Madrid donde tomamos el vuelo al MEX.
Nunca un viaje me había cambiado tanto y darme cuenta de como he crecido, y de lo que soy capaz. Nunca pensé que mi francés fuera lo suficientemente bueno para comunicarme en París, poder guiar a mi familia al otro lado del mundo fue algo nuevo, pude admirar la grandeza de la humanidad, nunca-ni en Disney- había visto a tanta gente de tantas razas y culturas, pude admirar a mis héroes Van Gogh y Monet y poder regresar a mi niñez con The Lion King y Lizzie McGuire. Viví momento tan especiales con Van Gogh y Simba. Realmente viajar te cambia y te hace darte cuenta de quien eres en el mundo y sentirte orgulloso de ello.