Todo comenzó un 7 de junio, cuando vi la oportunidad de ir a un lugar que jamás hubiera imaginado, pues yo dije “Las Vegas” eso no es para mí, no soy el tipo de persona que le guste la vida nocturna, casinos ni nada de eso. Y ¡oh sorpresa! no sabía lo que decía, pues pronto se convertiría en una de mis ciudades favoritas. En fin, hice lo que todos y probé suerte, dije, total nada pierdo, sin pensar en un segundo que solo sería el inicio de una serie de sucesos que marcarían un cambio en muchas cosas en mi manera de ver la vida. Días después recibí una llamada, notificándome que había sido seleccionada de entre muchas personas para vivir una experiencia única, desde ese momento hasta el día de hoy sigo sintiéndome una ganadora y gran afortunada. No puedo describir la alegría y felicidad que sentí en esos días donde todo era sorpresa, era algo nuevo, el viajar sola por primera vez sin mi familia ni amigos, el sentir ese temor a lo desconocido, el saber que todo sería completamente nuevo para mí, me emocionaba a tal grado de sentir un poco de miedo.
Y pues el día tan esperado llegó, al abordar me tocó la suerte de sentarme junto a un matrimonio, y como soy muy curiosa, en cuanto pude comencé a platicar con ellos y preguntarles acerca de nuestro destino, en cuanto fue avanzando la conversación, me preguntaron ¿Y tú con quién vas?, mi respuesta “sola”, es mi primer viaje sola, la señora inmediatamente puso una cara de asombro, y yo me preparaba para escuchar esa pregunta que muchas veces me hicieron, ¿No te da miedo? contesté no, (cuando la verdad si tenía un poco) les dije solamente que allá me estaban esperando dos personas, que justo ese día conocería.
Minutos antes de llegar, la señora me dio su número, me explicó a donde ir, a donde no, en fin, me dio sus mejores recomendaciones.
Al llegar al fin, fui hacia la fila para la aduana, la señorita que me tocó, me pregunto de nuevo ¿Y usted, con quién viaja? Le conteste: “sola”, ya me están esperando, (a muchas personas se les hace raro ver que alguien pueda hacerlo “solo”, pero qué equivocados somos al pensar eso, pues nunca estamos solos, siempre hay alguien con quien conversar y a quien conocer, o en el mejor de los casos, estamos con uno mismo disfrutando solo el momento).
Al salir de ahí, me dirigí a buscar a la persona que me llevaría a mi hotel, y ¡oh gran sorpresa! vi a mi “Viajero” esperando por mí, con una gran sonrisa, me reconoció enseguida, no podía creerlo, venía hacia a mí, estaba segura que ese momento quedaría grabado en mi mente para siempre, y por supuesto en un video. No dejaba de decirme a mí misma, ¡Esto no puede estar pasando!, ¡No puede ser!, simplemente no hay palabras para describir tal momento, solo sé que sentí una gran emoción, pues estaba frente a ese viajero que me ha mostrado el mundo a través de sus ojos, ese que cuando veía sus videos me preguntaba una y otra vez ¿Cómo sería viajar junto a él? Creo que estaba en shock, como en muchos momentos de mi viaje (y para ser sincera sigo sin creer haberlos vivido). Con el corazón acelerado y calmándome poco a poco, nos dirigimos hacia el hotel, platicando acerca de la ciudad y conociéndonos un poco.
Al llegar a mi cuarto otra sorpresa, una vista espectacular, esta sorpresa fue una de tantas que me esperaban. Jamás imaginé lo que sucedería a continuación, el momento que muchas veces vi al llegar a una habitación, “La prueba del colchón”, me dije ¿Qué? Es en serio, y pues sí, tenía que hacerlo, y entre risas y más risas, agarre vuelo, mucho valor y me lancé hacia el colchón, un colchón tan cómodo que daban ganas de quedarte ahí a descansar pero, un lugar llamado Las Vegas me estaba esperando, así que enseguida salí a conocer, sentía tanta adrenalina que quería caminar y descubrir y explorar todo en ese momento.
Un poco después conocí al otro afortunado, mi compañero de viaje, Sergio, una persona que sentía la misma emoción que yo, así que decidimos ir a conocer, asombrándonos de cada detalle de esa ciudad tan divertida y loca, donde vimos de todo.
Las actividades que nos tenían preparadas para los siguientes dos días fueron geniales, el sentir la adrenalina al 1000 x hora (exagero un poco pero pero así lo sentí jaja).
El ir al gran cañón, otro sueño hecho realidad. Fue algo asombroso, increíble, si alguien me hubiera contado que algún día conocería ese lugar, no lo hubiera creído. Estuve frente al Gran Cañón, ese que muchas veces vi en postales, libros, películas; no parecía real, su belleza es tan infinita que hace sentirte tan pequeño ante semejante vista imponente y majestuosa.
Nos deleitamos entre riquísimos platillos, comidas y cenas tan deliciosas, acompañados de excelentes charlas, de esas que hacen perder la noción del tiempo, de esas conversaciones que cautivan y quisieras nunca terminaran; no saben lo mucho que pueden aprender de alguien que conoce tanto, nos enseñó mucho que no terminaría de contarlo.
Conocimos a otra persona increíble, Susan, una chica con una gran calidez que siempre nos recibía con una sonrisa. Nos contó cada detalle de ese hotel espectacular, que se convirtió en mi hogar por unos días, un lugar increíblemente hermoso, cada detalle, cada aroma, cada espectáculo, que hacen sentirte de la realeza, me hicieron sentir tan halagada en cada momento por el trato y las atenciones que me brindaron durante mi estancia.
Y por fin el último día llegó, hice la maleta con un poco de nostalgia, esa que te da cuando tienes que dejar un lugar que te ha dado tanto. Me fui con muchas ganas de regresar y seguir descubriendo, pues hay tanto que ver en Las Vegas. Siempre existirá algo nuevo, pues es un lugar que día a día va cambiando y nunca dejará de sorprenderte, Las Vegas tiene tanto por ofrecer, atrévanse a conocer y hacer su propia impresión del lugar, estoy segura que les gustaría muchísimo ya que hay actividades para todo tipo de gustos y pues creo que todos alguna vez en la vida deberíamos de conocerlo.
Agradezco inmensamente el haber tenido la oportunidad de conocer Las Vegas, pues se convirtió en uno de mis lugares favoritos, ya que me dejó mucha diversión, entretenimiento y sobre todo grandiosos y maravillosos momentos de mucho aprendizaje y lo más importante, perdí tantos miedos que tenía, miedo a volar por primera vez sola, miedo a jugar y a perder, miedo a la velocidad, miedo a ser expuesta ante miles de personas en una plataforma como lo es YouTube, miedo de perderte al andar caminando en una ciudad nueva, miedo a preguntarle a alguien desconocido cómo llegar a un lugar una y otra vez, miedo de preguntarlo en inglés, perdí en pocas palabras, el miedo a todo, no existe mejor satisfacción que el haber vencido tantos miedos, para descubrir quién eres realmente.
Quise compartir mi experiencia de cómo es viajar con Alan x el Mundo. Pues bueno esa fue mi experiencia. Nunca dejen de soñar y luchar por sus sueños. Pero sobre todo Hagan lo hagan, háganlo con amor, con pasión. El mundo necesita más personas así, seamos la mejor versión de nosotros. Espero tener la suerte en un futuro de volver a coincidir en este viaje que se llama vida con esas personas maravillosas…
Tuve la grandiosa oportunidad de hacer realidad un gran sueño, ese que siempre imaginé, viajar junto a mí gran inspiración, junto a ese viajero que despertó en mí, la curiosidad de descubrir el mundo. No tienen idea de lo agradecida que le estaré por siempre por haberme dado inmenso regalo.
Gracias por inspirar a tantos, gracias por mostrarnos el mundo. Gracias por enseñarme la importancia en el valor y no el precio de las cosas. Gracias por enseñarme a disfrutar cada momento, pues la vida es una y es irrepetible. Gracias por darme el claro ejemplo de cómo se deben hacer las cosas, con amor y pasión. Gracias por enseñarnos tu filosofía de vida, esa que muchos sentimos y vivimos. Gracias por crear Alan x el Mundo. Gracias por brindarme los mejores días de mi vida.
¡Gracias por tanto Viajero!
*Si quieres ver tu historia de viaje publicada en Alan x el mundo, envíala a [email protected]
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