Por: Cristina Arvelo
Cinco sentidos para disfrutar de un destino. Cinco formas diferentes de conocer la esencia de la que llaman “La Isla Bonita” del Archipiélago Canario.
Reserva mundial de la Biosfera, La Palma se caracteriza por estar cubierta de un tapiz inigualable de llamativos colores: Bañada por el mar azul intenso del Atlántico, teñida de diferentes verdes y marrones por sus numerosos bosques y montañas, salpicada del blanco más brillante por las salinas…
En nuestro viaje por la isla sentiremos el pulso de un pueblo amable con tradiciones arraigadas en el tiempo, mientras observamos que la cultura y el ocio van de la mano para hacer que el visitante disfrute en total plenitud de este trocito de paraíso en las Islas Canarias.
Acceder a este edén particular es muy fácil. Existen multitud de conexiones para visitarlo tanto por el aire como por el mar. Estos trayectos se pueden realizar a diario desde las islas principales del archipiélago, pudiendo desplazarse en vuelos directos desde Tenerife o Gran Canaria en diferentes horarios facilitando así el traslado al viajero.
Los sentidos se agudizan al llegar a la isla, donde se abre ante nosotros un mundo de sensaciones nuevas por descubrir.
LA VISTA
Nos deleitaremos la vista en el “Roque de los Muchachos”. En su observatorio astrofísico podremos admirar las estrellas como en ningún otro lugar del mundo. El cielo de La Palma ha conseguido la denominación “Starlight”, que obtienen solo aquellos lugares donde la baja contaminación lumínica hace que la contemplación del universo sea realmente propicia.
Además, nos maravillaremos con la fantástica “Cascada de los Colores” en el “Barranco de las Angustias”. Aquí, el caprichoso paisaje nos parecerá sacado de un cuento.
El OÍDO
Estaremos muy atentos para escuchar a los pájaros en el “Bosque de los Tilos”. Caminaremos por sus senderos observando la curiosa fauna y flora autóctona de la isla que nos recuerda una vez más la grandiosidad de la naturaleza. Nos quedaremos embelesados por el sonido de las olas rompiendo contra los imponentes “Acantilados de las Traviesas” en la costa, como si de una canción de cuna se tratase, invitándonos al descanso y la relajación.
El OLFATO
Nos sorprenderemos ante el aroma de la hoja de Tabaco Palmero. Aprenderemos en su museo cómo se elaboraba antiguamente y cómo esta antigua costumbre aún perdura en el tiempo. Y de repente… el olor a sal inundará el ambiente cuando estemos junto a las “Salinas de Fuencaliente”. Un precioso lugar donde se obtiene de forma tradicional este condimento tan sabroso y preciado.
EL TACTO
Caminaremos descalzos por la “Playa de Tazacorte”, sintiendo el tacto especial de la arena negra volcánica bajo nuestros pies y en la “Caldera de Taburiente” jugaremos con nuestras manos con las piedritas de lava, cuya textura única tendemos oportunidad de apreciar mientras tenemos ante nosotros un paisaje sin igual, donde el agua siempre está presente y se precipita por multitud de arroyos y cascadas.
El GUSTO
Para finalizar, nuestro paladar se sentirá agradecido cuando saboreemos la gastronomía típica de la zona, tan característica y alabada internacionalmente en multitud de ocasiones. Lo haremos en un entorno tan bucólico como la capital de la isla; “Santa Cruz de la Palma”. Pasearemos por su avenida marítima, donde veremos los curiosos balcones de madera que cuelgan de los edificios centenarios mientras disfrutamos del atardecer.
Como colofón de un viaje extraordinario, podremos degustar un buen vino de la tierra en el famoso pueblo de nombre “Los Llanos de Aridane”, donde su casco histórico con casas de colores nos transportará a otra época fascinante.
En la Palma obtendrás únicas y diferentes sensaciones para cada uno de los cinco sentidos. Esto hará que una vez que marches de la isla, siempre conserves intacto el recuerdo de esos inolvidables días que pasaste en uno de los vergeles más accesibles que tenemos hoy en día.
¡Solo desearás regresar para continuar descubriendo sin prisa este fascinante rincón del mundo!