Por: Maru Casanova
¡Hola! Soy Maru y amo muchas cosas de este mundo. Los animales, la música, la comida; pero tengo un amor que sobrepasa fronteras, un amor inexplicable e incondicional, y ese es el amor a viajar.
Y dentro del amor a viajar, adoro conocer lugares con paisajes extremos, de esos que quitan el aliento y parecen de otro planeta.
Durante la pandemia, tuve el tiempo necesario para mirar muchos videos de personas viajeras. Pasaba horas deleitándome con diferentes destinos y anhelando algún día poder visitar cada uno de ellos.
Hasta que un día conocí un viajero que visitó las Islas Feroe y fue amor a primera vista. Al ver el video no podía creer que existiera un lugar tan increíble en nuestro planeta, tan mágico, tan desafiante.
A partir de ese momento, no dudé en que de alguna manera tenía que conocer ese lugar.
Inmediatamente me puse a averiguar todo, cómo llegar, costos, tiempos; y a medida que investigaba, mi ánimo iba decayendo; estaba totalmente fuera de mi alcance en ese momento.
Pero los sueños están para cumplirse, y durante un par de años trabajé y luché por buscar la forma de llegar a mi destino soñado.
Junto a mi pareja, que conocía perfectamente mi amor por viajar, mis ganas y deseos profundos de conocer ese lugar, trabajamos incansablemente, sin perder el foco de nuestro objetivo. Hasta que un día, nos decidimos.
Si bien aún no estábamos en nuestro mejor momento económico, no lo dudamos más. Conversamos y mi pareja me apoyó y me alentó a dar el paso juntos, aunque tuviéramos que hacer algunos sacrificios.
Ese año finalmente, cumplí mi sueño: nos fuimos a conocer las Islas Feroe.
De ahí en más en esta historia, no tengo más que palabras de agradecimiento al universo entero por haberme concedido la oportunidad de cumplir este sueño increíble.
Esta fue para mi la prueba implacable que demuestra que cuando uno realmente desea algo bueno con todo su corazón y trabaja hasta el cansancio para conseguirlo, ese algo finalmente se puede hacer realidad.
¡Gracias por la oportunidad de compartir este sueño!