Por: Diego Lombera
Ya de por sí el nombre de Polonio suena a un lugar de otro planeta, ¿Polonio? No será Cabo Plutonio o Cabo Polonia, jamás había escuchado el nombre de Polonio.
Y es que cuando uno piensa Uruguay, además del tango, el futbol, la carne, el mate, el chivito, Jorge Drexler, el carnaval más largo del mundo, su gente hermosa… lo que viene a la cabeza es Punta del Este, pero hoy te quiero platicar de otra playa en Uruguay, la más hippie que he conocido: Cabo Polonio.
Llegué a Cabo Polonio sin quererlo, estaba de paso por mi ruta mochilera y fue uno de esos lugares que desde que iba en el camino no dejó de sorprenderme. Si te gustan las playas hippies, tienes que conocer Cabo Polonio, es la playa más hippie que conozco. Y es que desde su llegada uno intuye que se trata de un lugar muy especial.
Está localizado a un par de horas de Punta del Este, pero no era precisamente de ahí de donde yo venía en mi viaje mochilero, si no de otra playa al norte de Uruguay con el mismo primer nombre, Punta, pero con un apellido muy diferente, del Diablo, sí señor, Punta del Diablo, cerca de la frontera con Brasil. Afortunadamente no tiene nada que ver con Diablo ya que es un lugar hermoso del cual espero poder contarte en otra ocasión.
Cabo Polonio está dentro del sistema de parques nacionales de Uruguay, por lo que no existe mayor desarrollo humano en esta zona y lo conservan lo más natural posible (y vaya que los Uruguayos respetan esto en Cabo Polonio).
Para llegar a Cabo Polonio es necesario tomar un jeep de dos pisos con doble tracción como si se tratara de un safari en África, los cuales salen de la entrada del parque nacional. No es posible llegar en coche u otro transporte ya que no hay carreteras que lleguen a Cabo Polonio, el único acceso es directamente por la arena de la playa.
Después de unos 30 minutos a bordo del jeep, mis amigos que había conocido en la Punta del Diablo y yo llegamos a Cabo Polonio. El jeep nos dejó en la Plaza Central, el punto de encuentro y epicentro de este hermoso pueblo playero. Si bien el nombre de “Plaza Central” puede sonar muy elegante, en realidad se trata de un espacio natural delimitado por una soga tipo barquero.
Alrededor de la plaza se encuentran algunos puestos con artesanías en donde algunos mochileros aprovechan para exhibir sus creaciones, además de haber algunos puestos de comida.
Una vez que bajamos del jeep, buscamos un lugar en donde hospedarnos; y después de preguntar por varios lados, encontramos el hostal que sería nuestro hogar por esa noche. Dejamos nuestras mochilas y nos fuimos a recorrer Cabo Polonio.
Cabo Polonio ofrece playas hermosas y un paisaje realmente bello. Si bien el agua del mar no es precisamente caliente, para los más aventureros esto no es una limitante para darse un buen baño.
Uno de los principales atractivos de Cabo Polonio es su faro, el cual ofrece una vista hermosa del lugar y de las playas cercanas, así como de los Lobos Marinos que aquí habitan, los cuales son visibles a pocos metros de distancia.
Después de haber subido al faro y haber caminado por sus playas, volvimos a nuestro hostal para darnos un baño.
¿Se acuerdan que les comenté que Cabo Polonio es la playa más hippie que he conocido? Bueno, pues aquí no hay luz eléctrica una vez que se pone el sol, así que hay que prepararse para gozar de un cielo estrellado, ah, y de encontrar un lugar para comprar la comida para cenar esa noche. No hay cajeros automáticos, así que hay que estar preparado con dinero en efectivo.
El día que llegamos se había organizado en la Plaza Central un concierto con instrumentos acústicos, así que sin pensarlo fuimos a pasar una noche hermosa con la luz de las estrellas y la luna como testigos junto a mochileros de muchas partes del mundo.
Al día siguiente aprovechamos para tomar el sol y divertirnos en la playa, nuestro siguiente destino sería Punta del Este, un lugar sin duda muy distinto a Cabo Polonio.