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En esta ocasión hablaré sobre mi viaje a Cuba, trataré de hacerlo con el corazón, de la misma forma que el contenido de esta página está hecho, misma que disfruto video tras video conociendo el mundo a lado de mi amigo Alan.
La decisión de ir a Cuba fue tomada después de mucho encierro, justo al terminar de grabar “La Patrona” que hoy pueden ver através de Gala TV a las 10:30 PM.
El viaje fue el pasado junio. Llegué al aeropuerto con nostalgia, ganas de ver sonrisas y los ojos bien abiertos para ver mas allá de las gastadas fachadas bañadas de tonos ocre que había visto en Internet. Quería descubrir que de lo que se decía era cierto, que no, que era mejor y que era peor. Al aterrizar estaba listo para oler su tierra, saborear sus platillos y sentir a su gente. Me encontraba rodeado de gente dicharachera, se les veía alegres. Yo: callado, observando, sin demostrar emoción aunque por dentro era una vía rápida de sentimientos.
El primer día me hospedé en el HOTEL NACIONAL, ubicado en el centro de La Habana. Un lugar con más de 80 años de antigüedad pero que está en excelentes condiciones. Es un edificio hermoso, con toques Art Deco y algo árabe. Tiene pasadizos que se usaron en la época de los piratas y después en la invasión inglesa. Además de contar con 2 cañones declarados patrimonio de la humanidad en su jardín. Hospedarse ahí, se vuelve toda una experiencia.
Ese día decidí salirme de la ruta turística y adentrarme a esas calles que no pintan en los mapas. Es algo que siempre trato de hacer, para empaparme de la forma de vida. Alejarme de la comida, lugares y precios de turismo. En Cuba especialmente resulta complicado, no es fácil perderse entre la gente. Y tienes que ser hábil para zafarte de las más de 80 personas que te abordarán ofreciéndote puros, ron, paladares (casas que ofrecen comida casera), bares y hasta compañía.
En el ambiente hay algo que cautiva, y en su gente un no se qué, que hace que tu corazón se acelere.
Al atardecer puedes ir al Malecón. Después de observar el espectáculo que ofrece la naturaleza, comprar una botella de ron, mezcladores y unos vasos. Al anochecer suelen reunirse ahí todos los cubanos a pasar la noche, hay grupos tocando salsa, vendedores con cacahuates, flores. Lo mejor es quedarse hasta el amanecer, sentirte parte de la isla.
El siguiente hotel fue el MONTE HABANA, es un hotel que también es usado como casa club por algunos cubanos “más acomodados”, ubicado entre la zona de embajadas. Aunque está un poco mas lejos de LA HABANA VIEJA, es una buena experiencia para ver el contraste.
Otro plan son las playas del este, el taxi te cobra unos 40 cucs (600 pesos mexicanos aproximadamente) te lleva y regresa por ti. Subirse a los coches es toda una experiencia, esta ciudad es un museo rodante con todos esos modelos de los 50´s y 60´s. Pero ten por seguro que te bajarás impregnado del olor a gasolina, así que no te molestes en ponerte loción ni verte muy guapo. Enfócate en el protector solar, cargar una botella de agua, unos tenis cómodos y a caminar se ha dicho. Hay mucho que ver.
Después de cuatro días por aquí y por allá me doy cuenta que la idea que tenía de Cuba era muy distinta, aunque es un lugar mágico, con gente hermosa y cálida, se debe tener cuidado, es sorprendente la necesidad y todo lo que ha generado el sistema de gobierno. Después de un robo, regreso a D.F. reflexivo, triste… me duele la pobreza. Me gustaría que todos tuviéramos las mismas oportunidades. Sin duda uno de los viajes que mas me ha marcado, recomendable vivirlo pero más vale ir preparado. Yo por mi parte, terminé mas que agotado. Aquí la muestra.
Que increíble experiencia, siempre he tenido curiosidad por conocer Cuba, aunque como bien lo dices me imagino que es un destino al que tienes que ir preparado, y creo que es un lugar tan especial que es capaz de cambiarte el plan original que tengas por muy informado que estés sobre este destino. Saludos
Que Emocion leer de mi País, tengo mas de 20 años que no lo veo, gracias x contar tu Linda Experiencia,