Para Nabile era un fin de semana cualquiera, pues estaba acostumbrada a salir muy seguido de la ciudad para viajar con su familia, lo que nunca se imaginó fue que este sería el viaje que cambiaría su vida.
El plan era tomar un vuelo para pasar el fin de semana lejos de casa. La ruta era Mexico-Reynosa por ahí del año 2000, era viernes por la tarde en el ahora conocido como el vuelo 250. Lo que más recuerda es que justo ese día en la mañana una amiga en la escuela le había dicho “¿No te da miedo viajar tanto? Casi cada semana te subes a un avión” a lo que ella contesto “No, hasta ahora no me ha pasado nada” ¡error! ¡mejor no hubiera dicho nada!
Todo iba bien, el vuelo había estado perfecto y parecía que iba a llegar a tiempo, hasta que minutos antes de aterrizar se dio cuenta de que estaba lloviendo muy fuerte, lo que le llamó su atención porque el piloto aún así decidió “aterrizar”.
Mientras tocaba pista sintió como el avión se derrapaba y no podía frenar. Ella estaba asustada, pero su mamá le pidió calma, pues era “normal por la lluvia”. ¡Pero nada de eso!, después de 40 segundos (que ella sintió como si fueran horas), el avión se salió de la pista y pasó encima de una colonia, destrozando todo lo que veía a su paso hasta detenerse en el cauce del canal, después de atravesar la carretera. Ahí fue donde el avión se partió a la mitad y donde viene lo peor de la historia, ¡el piloto y el resto de la tripulación salieron corriendo dejando solos a los pasajeros!
Nadie dentro de la aeronave sabía que hacer. Se empezaron a escuchar gritos de “esto va a a explotar” y “corran”, entre los pasajeros, pero obviamente ninguno de ellos había puesto atención a las indicaciones de seguridad y no tenían idea de que procedimiento seguir. Hasta que de la nada alguien se levantó de su asiento y fue el valiente que abrió la puerta para que todos pudieran evacuar la aeronave.
Los pasajeros salieron corriendo y Nabile había perdido los zapatos, no recuerda mucho de lo que pasó después, sólo que los habitantes de la colonia empezaron a ayudar a todos los afectados a alejarse de la zona lo más posible y los llevaron al aeropuerto para revisar que todos estuvieran bien.
Este suceso termina en donde afortunadamente nadie del vuelo salió gravemente herido, pero desafortunadamente debido a la destrucción de cuatro viviendas que provocó accidente, perdieron la vida 3 menores de edad y dos adultos.
Nabile ahora cuenta que esto fue algo que sin duda la marcó y que desde ese día se siente afortunada de haber sobrevivido a esa terrible experiencia.