Por: Andrea Rodríguez
Desde que era pequeña había querido estudiar en el extranjero, conocer gente nueva y practicar otro idioma. Mi universidad y mi familia me dieron esa oportunidad. Tenía una idea de lo que me esperaba pero fue una cosa totalmente distinta, increíble y hermosa, si no tuviera las fotos creería que todo fue un sueño.
Podía registrar 5 opciones de universidades para movilidad, yo quería lo típico que era España o Alemania pero son muy demandadas y no había mucha posibilidad de que me dieran esa opción. Pero como quería irme lejos, seguí buscando países en Europa. Al final decidí poner también Rusia y un bello país (del que no tenía mucha idea de donde estaba) llamado ESLOVENIA, que es a donde me mandaron. Eslovenia es un país muy verde porque está lleno de naturaleza, bosques, cascadas, montañas; en resumen, el 56% de Eslovenia es naturaleza y en un lugar llamado Soča Valley se filmó Narnia.
Llegué a la “Universidad de Primorska”, en la ciudad de KOPER, y estoy segura que no me pudo tocar un mejor país para estudiar. Koper es un pequeño pueblo muy pintoresco que antes solía ser una isla. Está junto al mar Adriático, tiene un puerto comercial, una “playa” y apenas 25 mil habitantes. Las calles y las casas antiguas al estilo veneciano te llevan a otro mundo. El Idioma oficial es el esloveno y el italiano.
Me di cuenta de que no muchas personas conocen este bello país, ni yo sabía mucho de él; por eso es que te recomiendo que sea tu próximo destino. Por algo es el único país que tiene la palabra LOVE en su nombre y su capital es Ljubljana, que significa “la amada”.
Ljubljana es la ciudad de los dragones, así que hay muchas historias interesantes ahí.
También es muy lindo el lago Bled, Bohinj, las cuevas Škocjan, el castillo de Predjama o la montaña Triglav, que aparece en su escudo y ciudades como Izola, Piran, Portorož, Maribor, etc.
Me tocó ir en invierno, así que aunque estuviera en la costa, el clima para mí era frío, pero por primera vez conocí la nieve, recuperé mi espíritu navideño y aún así pude nadar en el congelado mar, sé que fue la mejor época para ir. Lo mejor de todo es que aunque oficialmente no estuviera en el programa de ERASMUS, yo era parte. Conocí increíbles personas, hice hermosas amistades y personas que puedo llamar familia; me enamoré tantas veces, conocí y practiqué más de un idioma, no podía dejar de probar platillos o bebida típicos de cada país, sé que ahora tengo una casa en muchas partes del mundo.
Budapest me encantó, es como entrar en un cuento de hadas con arquitectura gótica y el Danubio, y en un curioso y divertido lugar llamado Szimpla Kert, fue la primera vez que tomé Palinka, una bebida húngara muy fuerte.
Tuve la gran oportunidad de viajar sola por primera vez en mi vida y decidí que el mejor destino para eso era a Londres y a la ciudad del amor, París, algo que siempre había querido hacer a pesar de que mis papás se preocuparan mucho, pero viajar sola es lo mejor del mundo. Amé la ciudad y como buen fan de Harry Potter era parada obligatoria los estudios de Warner Bros. Lo mejor de ir en esas épocas son todas las luces y mercados navideños que hay llenos de todo tipo de cosas y ¡¡mucha comida!!
Conocer los países balcanes es una experiencia única, lo hermoso de esto es estar abierto a cualquier posibilidad y nunca imaginé pasar año nuevo en Serbia con mis amigos, es fiesta todo el tiempo con comida como ćevapčići o pljeskavica. Y una cultura de la que no tenía ni idea pero que es muy bonita. Mucho frío; y Croacia igual de lindo y mágico, no planeaba visitar estos países pero afortunadamente el destino me llevó a ellos.
Me enamoré de la bella Italia, sus pastas, pizzas, su idioma, sus chicos y toda la historia que hay a cada paso, perder trenes, no dormir y acabarme los pies.
En Alemania conocí su capital Berlín y quedé fascinada, me interesa mucho su historia, y al fin conocer la ciudad en persona fue algo increíble.
Es una experiencia que todos deberían tener al menos una vez en la vida, expande tu mente. Aprendí muchísimo, me perdí en ciudades hermosas, dormí en estaciones de tren, aeropuertos o inclusive en las calles en Venecia, estudié en otro idioma, conocí nuevas culturas y a cualquier lado que iba me encontraba algún amigo mexicano buena onda. También en experiencias como esta te das cuenta de quienes sí te apoyan de verdad, como amigos o familia.
Esto cambió mi forma de ver el mundo y me siento afortunada de que nunca me sentí sola, al contrario yo estaba en un hogar y toda la gente que conocí siempre fue linda conmigo y pude contarles sobre México lindo y querido.
Eslovenia estará en mi corazón para siempre. Cada día era único y jamás acabaría de contar todas las historias que para siempre irán conmigo.
4.5