Por: Alfredo Betanzos Aguilar
Ahí les va mi crónica de lo que vivimos en este maravilloso viaje, después de haber pasado 8 días increíbles en París resultaba muy difícil que algo lo superara, pero emprendimos el viaje a uno de esos destinos que no deben hacer falta en el itinerario de tu vida, tomamos un vuelo con una expectativa tan alta que parecía imposible que se cumpliera, llegamos al aeropuerto Marco Polo en Venecia, Italia y la primer disyuntiva autobús o “barquito”, elegimos la segunda.
Venecia es de esos lugares que son como tu dulce favorito, que poco a poco lo vas descubriendo y tienes que llegar al centro para disfrutar eso que tanto esperabas, por ejemplo, nuestra primera impresión; el pasar de los minutos, las paradas del Vaporetto, recorrer el Canal Grande, llegar justo al Centro en la Parada de San Marcos y sentir como nuestros ojos se iluminaban poco a poco.
Poder admirar la Plaza de San Marcos en todo su esplendor y ver a tanta gente maravillarse con esta Plaza fue hermoso, poder admirar la Basílica, el Palacio Ducal, el Campanario y estar tan cerca del Canal fue una experiencia increíble, sobretodo por las tardes, cuando comienza a descender el sol, en los cafés y restaurantes comienzan a sonar sus pequeñas orquestas. Si estás en Italia no puedes dejar de comer y comer rebanadas de Pizza que aunque la gran mayoría son buenas, la clásica pizza napolitana es una delicia.
Si estás en Venecia debes estar dispuesto a perderte, caminar y caminar por esta isla es mágico, andar por las calles, los puentes, los callejones, tomado de la mano del amor de tu vida es algo que resulta muy complicado de poder describir y con cada paso que des descubrirás algo con lo cual será difícil no sorprenderte.
Si vas a viajar debes olvidarte del tiempo, dejar los problemas atrás y además no preocuparte por esos kilos y kilos de más con los cuales seguramente regresarás a casa, así que mejor decidimos compensarlos caminando por la calles de Venecia, ya que el gelato y las pastas no podían faltar en este viaje.
Una mención especial en Venecia es a esa “pasta en vasito”, te invita a perderte y a caminar buscándola, no es tan complicado, solo debes guiarte por todas las personas que van caminando con su vasito de pasta y cuando veas a personas en el piso comiendo su pasta alégrate porque ya estás muy cerca, es una delicia que por su culpa casi perdemos nuestro vuelo de regreso a París.
Conocer las islas de Murano, Burano, Torcello es algo que no puede faltar en tu viaje a Venecia, recorrer esas pequeñas islas, convivir con los locales, deslumbrarte con los colores, navegar y poder disfrutar del atardecer regresando a Venecia fue algo que me cambió la forma de ver la vida, además de un nuevo gusto por la fotografía. Que por cierto, ésta fue imagen de la Semana en AXM.
Estar en Venecia fue una experiencia mágica, hermosa e indescriptible que tu puedes y tienes que vivir, agradezco a Alan por todos los consejos y el empujón para aventurarnos a disfrutar de esta forma el viajar y conocer el mundo, este viaje a Venecia lo hicimos en el 2014 y aunque lo hicimos un año antes que Alan coincidimos en el itinerario gracias a los consejos de los demás viajes que ha hecho, así que comprobado, “Funcionan”.
No le podríamos decir adiós a este lugar, porque es casi seguro que estaremos de vuelta, pero en ese momento el viaje había terminado, los terminamos valorando muchísimo la compañía, el lugar, el poder viajar, tomar fotos, aunque hay cosas que solo quedarán capturadas en tus recuerdos, disfrutar los atardeceres, la comida y cada uno de los detalles que nos regala aventurarnos a conocer el mundo. Todo concluyó tan rápido como inició, pero sin duda tengo claro que algo cambió en este viaje; aún sigo en búsqueda de saber qué, así que a seguir disfrutando este maravilloso regalo “Conocer el Mundo” siguiente parada Shanghai China.
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