Colaboraciones

A pedales por la aristocrática San Sebastián 

Texto:  Armando Cerra
Fotos: Mónica Grimal (@photo_mgrim)

Avanza el verano y eso en la ciudad vasca de San Sebastián significa que se aproximan los momentos más glamurosos del año. Cada vez están más cerca los días de septiembre en los que un trocito de Hollywood desembarca a orillas del mar Cantábrico para celebrar el Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

Durante décadas han pasado por aquí desde Alfred Hitchcock y Audrey Hepburn hasta Meryl Streep y Johnny Depp, pasando por Orson Welles, Liz Taylor, Sophia Loren o Sean Penn. La larga lista de estrellas para iluminar la ciudad y el icónico hotel María Cristina presume de ello, ya que en sus habitaciones y suites se ha hospedado la crème de la crème del Séptimo Arte.

No obstante, el ambiente de elegancia y casi de fantasía de otra época se siente en San Sebastián en cualquier otro periodo del año, más allá de su festival cinematográfico. Y eso en gran parte se debe precisamente a la reina María Cristina que da nombre al lujoso hotel.

La monarca española eligió la ciudad a fines del siglo XIX  como destino veraniego y no lo cambió hasta su fallecimiento en 1929. Varias décadas de presencia continuada de la reina le cambiaron por completo el aspecto, convirtiéndola en referente del turismo aristocrático.

Por suerte, ya no hay que ser condes ni marqueses para viajar a San Sebastián. La prueba somos nosotros que la visitamos siempre que podemos, independientemente de la fecha que marque el calendario. Y lo hacemos por diferentes motivos.

Por ejemplo hay veces que buscamos el deleite gastronómico. San Sebastián es cita obligada para todo el que merezca que lo llamen foodie. Aquí abundan los restaurantes con estrellas Michelín, eso sí hay que llevar un billetera bien saneada para disfrutarlos. En cambio, es más económico saciarse en las tabernas a base de pintxos, maravillas gastro a escala reducida. 

En otras ocasiones nos escapamos para disfrutar de la playa de La Concha. Siempre preciosa, incluso cuando la meteorología no invita al baño. Para esos días, es un auténtico placer esperar a la marea baja y recorrer el largo arenal entre la zona del puerto y el roquedo donde el escultor Eduardo Chillida instaló su célebre Peine del Viento.

Sin embargo, para nuestro último viaje queremos irnos más o menos un siglo atrás para descubrir la época de María Cristina. Un largo recorrido que vamos a hacer en bicicleta, aprovechando que es prácticamente llano y que existe carril bici por todo el itinerario.

Al igual que empezamos estas letras con cine, comenzaremos a dar pedales en el lugar donde se celebra el festival: el Kursaal. Es un modernísimo edificio de Rafael Moneo, uno de los pocos españoles galardonados con el prestigioso Premio Pritzker, los Oscars de la construcción. O sea que no tiene mucho que ver con María Cristina, aunque ofrece la mejor visión de dos iconos de los felices años 20: el famoso hotel y el vecino Teatro Victoria Eugenia.

Para llegar a ellos se debe cruzar el puente de Zurriola o del Kursaal, es uno de los puentes históricos que vio construir la reina sobre el río Urumea y el más cercano al mar. De hecho, hay días que parece un milagro que su bella ornamentación resista los temporales del Cantábrico.

Tras cruzar el río, se aprecian de cerca el Teatro Victoria Eugenia y el Hotel María Cristina. En el primero, no dudéis en acudir a alguna de sus representaciones teatrales o musicales. Es lo ideal para admirar su rico interior de 1912. Y en ese mismo año se inauguró el hotel de evidente tono aristocrático. Si alguno de vosotros se lo puede permitir, quizás se hospede en habitaciones donde durmieron Brad Pitt o Penélope Cruz.

Quien tenga esa enorme suerte, que nos lo cuente. Está claro que no es nuestro caso, así que seguimos rastreando la Belle Époque en San Sebastián. La siguiente parada nos lleva al edificio del Ayuntamiento, el cual no siempre tuvo ese uso. Se construyó en 1887 como casino. Así que a inicios del siglo XX fue escenario para fiestas, bailes y juegos de las clases altas. Mucho ha cambiado por dentro, ya que ahora es la sede del poder del pueblo.

En la misma época se diseñaron los jardines Alderdi Eder que todavía se despliegan ante su fachada. Y ahí se ubicó un carrusel de madera, que ahora más de un siglo después sigue girando con el mismo aspecto e idéntico lugar. Aunque para ser justos digamos que es una réplica del original. 

Semejante carrusel llama la atención, pero lo que atrae todas las miradas es la gran playa de la Concha que comienza aquí. Dan ganas de bajar a la orilla del mar para caminar. Pero como vamos en bici, recorremos la curva de la playa desde el paseo superior, todo el cerrado por una barandilla de forja que se diseñó en la época en que la reina tanto paseaba por aquí. 

De hecho, la Concha era uno de sus lugares favoritos ya que el motivo de llegada a San Sebastián fue recibir terapéuticos baños de mar. Así que no es extraño que sobre la misma playa se construyera el balneario de La Perla, que más de un siglo después permanece en uso aunque adaptado a los nuevos gustos y las terapias actuales.

Los alrededores de la Concha fueron y son el área más elegante. Se distinguen palacetes y hoteles cargados de historia, como el emblemático Hotel Londres que siempre ha rivalizado con el María Cristina. Por cierto, la reina nunca se alojó en el hotel con su nombre. La monarca tenía que distinguirse de la plebe, así mandó construirse el Palacio de Miramar en un enclave elevado sobre la playa de la Concha. De este modo podía contemplar a su antojo el panorama de su amada ciudad. ¡Nosotros también lo hacemos y os invitamos a lo que hagáis vosotros!

 

Armando y Monica

Mónica Grimal y Armando Cerra
Moni y Armando, Armando y Moni, tanto monta monta tanto. Ella con sus cámaras y él con sus libretas, juntos llevan kilómetros y kilómetros de viaje. Al principio con el único afán de disfrutar del momento, descubrir otros lugares y sobre todo conocer gente distinta e interesante. Pero desde hace unos cuantos años sumaron otro objetivo más: contar sus experiencias y divulgarlas en revistas y webs viajeras de un lado y el otro del Atlántico. Porque son españoles, pero tienen un largo vínculo con Latinoamérica.

IG: @photo_mgrim
FB: Monica Grimal

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