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¿Qué es el mochilazo?

En un mundo lleno de etiquetas derivadas de quién sabe qué necesidad de los seres humanos por demostrarnos superiores a nuestro prójimo, nos codeamos con los "blancos", le hacemos el feo a los "taka taka", nos ofendemos si nos dicen "nacos" y pensamos que "gay" es un insulto.

En un mundo lleno de etiquetas derivadas de quién sabe qué necesidad de los seres humanos por demostrarnos superiores a nuestro prójimo, nos codeamos con los “blancos”, le hacemos el feo a los “taka taka”, nos ofendemos si nos dicen “nacos” y pensamos que “gay” es un insulto.

Los viajeros no estamos exentos de etiquetas y categorías llenas de prejuicios que curiosamente los mismos viajes se encargan de desvanecer. Entre turistas y viajeros, mochileros y vip’s las etiquetas parecen ir ligadas a dos cosas que no pueden juzgarse a primera vista: La cultura y la cartera.

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TURISTA Y VIAJERO

Esta etiqueta parece calar profundo en las personas amantes de los viajes, a mi en lo personal me parecen ambas absurdas. En teoría la diferencia radica en que el turista es aquel que viaja para ver lo que quería ver, los sitios famosos, lo lugares más populares, preferentemente en un tour organizado o en plan independiente con poco riesgo. El viajero sería entonces alguien que está acostumbrado a visitar diferentes lugares, se sumerge en la cultura, evita los lugares “turísticos” y por nada del mundo comería en un McDonald’s.

Si de hacer una diferencia se trata, yo creo que todo radica en la visión e intención del viajero. No importa si lo haces en tour organizado o evitas los caminos más recorridos, se puede tener alma de turista y viajero a la vez. La magia (creo yo) radica en no comparar nada con tu lugar de origen, o mejor dicho, no querer que todo funcione como en tu lugar de origen. Sabio el dicho: “a dónde fueres haz lo que vieres”. El viajero sabe que el invitado es él y no sólo respeta las costumbres y tradiciones locales sino que las adopta temporalmente para suavizar la línea del foráneo. El viajero debe ser responsable, amable y prudente.

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EL MOCHILERO

En cuanto a los mochileros, todo es un mito lleno de prejuicios. Un mochilero y sus clichés es aquel que viaja de mochila pues no le alcanza para una buena maleta, duerme en hostaleso parques y si bien le va, se baña cada tercer día. Visita los museos cuando son gratis, come latas de atún y en el peor de los casos te chinga la cartera en un descuido. En pocas palabras es un gitano de espíritu con convicción de hippie.

La realidad es que ser mochilero para nada es sinónimo de viajero pobre. Ser mochilero es más bien una actitud tan ligera como el equipaje que se carga. Generalmente los viajes de mochila son largos y traer una mochila facilita las cosas en cuestión de traslado. Los presupuestos de un mochilero para nada son de vagabundo. Al final un mochilero que gasta 50mil pesos en un mes en Asia no lo hace más pobre que un turista que gasta esa misma cantidad en un semana de vacaciones en Nueva York. El mochilero más bien dicho estira su presupuesto para estar más tiempo, para conocer más, para viajar más. Jamás he conocido un turista que se dedique a viajar un año sin parar hospedándose todos los días en un Mandarin Oriental (debe haber, pero no lo conozco jajaja).

El alma de mochilero es la aventura y el hambre por lo desconocido sin miedo a dejar las comodidades. Todos a casi todos poseemos ese lado aventurero, sólo que algunos todavía no la descubren e incluso algunos nunca lo hacen. Lo que sí creo que es verdad es que hay que ser aventurero y mochilero cuando se es joven incluyendo el espíritu. Para todo hay edades. Y viajar con una mochila de 15 kilos en la espalda sin saber donde dormirás el día siguiente ciertamente es algo que encaja más con un cuerpo joven y aguantador. Ya habrá tiempo de trabajar, hacer dinero y convertirte en viajero VIP.

Para mí un viajero VIP no es el rico sino más bien el que le gusta lo bueno. No todos los hoteles caros son los mejores y el buen gusto no es algo que vaya ligado a la fortuna. Si bien es un estilo de vida que no es barato, todos merecemos un lujo de vez en cuando. Vajar es para mí la mejor de las inversiones. Un buen hotel puede hacer la diferencia en el destino en que te hospedas y convertirse en uno de tus mejores recuerdos. El chiste es gastar de manera inteligente más que derrochar. De igual manera hay que ser prudente con las publicaciones de las revistas de viajes que son las que fomentan principalmente este tipo de turismo pues muchos reportajes son pagados o con acuerdos. No olvidemos que en las altas esferas todo son intereses y aún en los hoteles de caché hay categorías.

Gracias al internet podemos conocer la opinión de viajeros reales de prácticamente cualquier destino, lo que nos puede ayudar a darnos una idea de la realidad de las cosas.

FUERA ETIQUETAS

Al final de todo se trata de viajar, de aprender, de conocer y de recolectar experiencias, no importa de que modo ni en qué categoría. Estoy seguro que un viajero experimentado no incluirá las etiquetas en su vocabulario (a menos que goce de muy baja autoestima).

FELICES VIAJES

Alan Estrada

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