Tú x el Mundo

¡Eurotrip a los quince!

Todo comenzó en verano del 2005 cuando mis papas me preguntaron que quería como regalo de quince años, después de mucho analizar pensé en un carro pero no sabía manejar así que descarte esa opción y como toda niña pensé que lo más común hubiera sido pedir una gran fiesta para celebrar dicho acontecimiento pero…

por Valeria Mayorga

twitter: @Valstarice

Estado de Mèxico

Todo comenzó en verano del 2005 cuando mis papas me preguntaron que quería como regalo de quince años, después de mucho analizar pensé en un carro pero no sabía manejar así que descarte esa opción y como toda niña pensé que lo más común hubiera sido pedir una gran fiesta para celebrar dicho acontecimiento pero… ¡No! La verdad nunca me he caracterizado por ser muy común sin embargo, cansada de pensar ya estaba resignada a hacer la típica fiesta cuando días antes de mis quince primaveras recibí la llamada de una Tía cuya intención era felicitarme y contarme que se iría unos días a Paris y a Londres, de pronto dijo una mágica frase que me hizo muy feliz “¿Te gustaría ir y conocer Europa?” mis ojos se iluminaron y pensé “Al fin encontré mi regalo de quince años”. Como un abrir y cerrar de ojos me encontraba apurada sacando el pasaporte y haciendo compras de última hora hasta que el preciado día llego, estaba en el aeropuerto de la Cd. de México despidiéndome de mis papas y con mil emociones encontradas, nervios, tristeza y felicidad, al mismo tiempo pensaba: “mi primer viaje en avión a un lugar súper lejano y sin mis padres, WOW!” Subir al avión junto a mi tía me dio un poco más de seguridad y la verdad estaba tan emocionada que de 12 hrs de viaje solo dormí dos, después de un largo vuelo escuche al capitán anunciar que habíamos llegado a Paris, así que mi primer reacción obviamente fue asomarme por la ventanilla y ver el icono más representativo de Francia: La Torre Eiffel,  mi emoción era tanta que de ser posible me aventaría de un paracaídas para llegar más rápido pero la espera no fue tanta y llegue junto con mi tía al aeropuerto internacional de Paris “Charles de Gaulle”  en este lugar tan ajetreado nos estaban esperando muy amablemente una amigas muy queridas de mi tía y de no haber sido por su ayuda durante nuestra estancia en Paris, hubiera muerto de hambre (ok tal vez no) o tal vez no llegaría ni a mi hotel pues no dominaba el Ingles y no sabía ni gota de francés. En fin, después de instalarnos en nuestro respectivo hotel, muy cerca de la Bastilla por cierto y de dormir muchas horas, pues el cambio de horario me había afectado terriblemente, los siguientes quince días en mi estadía por Europa serian los mejores  de mi vida. Los primeros días me dedique a conocer el museo de Louvre y el museo D’Orsay, ahora me doy de topes puesto que en ese momento de mi vida el arte no me llamaba tanto la atención y no sabía mucho del tema pero a partir de mi visita a esos maravillosos museos mi amor al arte nació.

Los días en los recorridos por  las calles parisinas transcurrieron y simplemente me enamore de aquella atmosfera, de aquellas calles de adoquines, de los pequeños “Bistrot” donde de milagro no me empache por tantas crepas y baguettes que comía ya que a mi corta edad solo sabía de comida mexicana e ignoraba todo sobre el arte culinario francés. Mi impacto fue mayor  cuando al fin conocí la torre Eiffel que destellaba frente a mí en luces de colores durante la noche, la vi imponente y hermosa así que no tarde, subí al mirador que en ella se encuentra y con mis ojos devore Paris con la fantástica vista que se percibe desde ese lugar. Jamás olvidare la imponente catedral de Sacre-Cour y como los vendedores de rosarios llegaron al punto de fastidiarme, tampoco olvidare la hermosa Notre Dame en donde por cierto pensé en encontrar al jorobado pero oh sorpresa solo era un cuento de Disney  y en su lugar me lleve un súper susto con los estatuas vivientes que se encontraban fuera de esta, sí, son hombres pintados de bronce que en verdad parecen estatuas pero de repente se mueven y cambian de posición eso sí que es un muy difícil trabajo ¿no creen? Y qué decir de Campos Elíseos tan cerca pero tan lejos de comprar algo de las muy caras tiendas que ahí se encuentran así que opte por admirar los aparadores y comprar uno que otro suvenir. Los últimos días en Francia recorrí algunos de los hermosos castillos de Loire en donde falto poco para que pensara que alguien me diría “Su majestad” pues me sentía como una verdadera princesa al ver la inmensidad de esos castillos y el poder que se sentía de aquellos reyes que alguna vez los ocuparon.

 

Mi tía y yo decidimos tomar un viaje por el famoso Eurotunel hacia Londres la verdad me imaginaba que vería el canal de la mancha pero no, no se ve nada solo se siente mucho pero mucho ajetreo. Cuando llegue a Londres definitivamente pensé: “esta es la ciudad donde quisiera hacer mi vida” y aunque es muy cara y hay mucho que ver, los 3 días que ahí estuve los disfrute al máximo tanto que tuve la fortuna en ese verano de entrar al palacio de Buckingham y es sorprendentemente lujoso. También entre a la torre de Londres y ahí me paso una experiencia inolvidable ya que todo por comprar un bonito osito medieval perdí de vista a mi tía y me perdí lo bueno es que nos encontramos rápido pero más tarde nos perdimos las dos en la inmensidad de Londres y caminamos por dos horas, mis pies ya no aguantaban y a punto de llorar logramos dar con el hotel. Mi último día en Londres fue maravilloso pues me subí al “London Eye” y vi la ciudad a todo su esplendor y desee en ese momento que mi familia estuviera ahí para contemplar conmigo tanta belleza y admirar cada icono londinense que ahí se encontraba tal es el caso del Big Ben.

Todo termino muy rápido y los días se pasaron como agua cuando vi ya estaba de regreso en México pero Londres y Paris se quedaron por siempre en mi corazón. Quisiera poder decir mucho mas pero solo diré que fueron los mejores días de mi vida y el mejor de mi cumpleaños, esa aventura por Europa cambio mi vida y ahora quiero viajar por todo el mundo y compartir mis experiencias con todos, así que Alanxelmundo fue una inspiración para mí y esta anécdota me hizo recordar muy bellos momentos. Les deseo a todos mucha felicidad en el viaje más largo que es la vida misma =).

Alan Estrada

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