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"El secreto mejor guardado de Arizona"

Soy Mariana y soy capaz de comer atún por un mes, vivir sin muebles y dejar de salir con los amigos con tal de ahorrar lo suficiente para poder hacer los viajes que sueño.

Autora: Mariana Cuadriello

Soy Mariana y soy capaz de comer atún por un mes, vivir sin muebles y dejar de salir con los amigos con tal de  ahorrar lo suficiente para poder hacer los viajes que sueño. Los viajes que más han marcado mi vida son justo los que suceden cuando algo estresa mi vida. Viajar me  sirve para escapar y darme cuenta que la realidad de mis problemas es diminuta en comparación con lo que hay en el mundo. Viajar te limpia y pone las cosas en perspectiva. Así pues y justo después de una muy fuerte decepción amorosa, decidí hacer un viaje por Arizona. Elegí de compañera a mi mamá (con todo y sus ronquidos jaja).

Llegamos a Phoenix, rentamos coche y de inmediato tomamos carretera rumbo a Sedona, ciudad hermosa, mística, rodeada de montañas rojas y famosa por sus atardeceres y sus “vórtex”, lugares donde confluye la energía.  ¡La sensación de estar parada en uno de esos vórtex fue impresionante! Se siente un hormigueo por las palmas de las manos y me llené de tanta energía que pude escalar toda la montaña para llegar ahí sin siquiera cansarme.  La mayoría de los visitantes que van a Sedona, van precisamente por ese motivo, para visitar los vórtex; que entre otras cosas, se dice tienen poderes curativos.

Volvimos a tomar carretera y llegamos al parque nacional del Gran Cañón. Es bellísimo y creo yo, algo que todos los seres humanos deben ver una vez en la vida. Pero no quiero detenerme tanto en el Gran Cañón, pues sin duda podrán encontrar mucha información en internet.  Volvimos a tomar rumbo y llegamos al aparentemente insípido pueblo de Page. Nunca imaginé las maravillas que nos esperaban ahí.  Muy temprano en la mañana nos dirigimos a los “Slot Canyons” llegamos primero al Lower Antylope Canyon; ubicado dentro de la reserva del territorio de los indios navajos. Tuvimos la grandísima fortuna de que nos abriera la puerta el nieto de los indios dueños del terreno, también indio navajo. No lo podía creer, ¡teníamos el cañón exclusivamente para nosotras! Cuando entramos se nos salían las lágrimas de tanta belleza. Paredes milenarias erosionadas por agua, pisos arenosos, barras de luz que entraban por el techo… indescriptible. El Lower Antylope Canyon no dejó de ser menos espectacular. Nuevamente afortunadas, nuestro guía, un niño de 16 años sólo se dedicó a llevarnos por entre el cañón a la par que tocaba su guitarra y cantaba, algo totalmente mágico.

En Page también visitamos el Horse Shoe que es una formación que tiene la forma de herradura, donde da vuelta el cColorado. Las vistas fueron nuevamente espectaculares.

Para concluir, fuimos a Lake Powell…¡vaya lugar! Si piensas que no puede haber algo más espectacular que el Gran Cañón, estás muy equivocado. Este es un gran cañón pero ¡lleno de agua! Y sin turistas. Toda una joya;  a mi gusto, el secreto mejor guardado de Arizona. Tomamos un pequeño bote para navegar entre las tremendas formaciones rocosas. Todo fue hermoso.

 Sé que Arizona tiene muchas otras cosas más por descubrir como Monument Valley o hacer rafting por el Colorado. Espero poder regresar pronto, mientras tanto, seguiré comiendo atún.