Año con año, me doy cuenta que lo importante en esta vida es en verdad efímero, instantáneo y natural. Lo que me voy a llevar son sentimientos, momentos, instantes. Nada mas.
Normalmente en estas fechas nos ponemos a pensar en todo lo que hicimos en el año, lo que no. Lo que nos hubiera gustado, lo que nos hiso falta. Como seres humanos, no podemos evitar estar preocupados por el paso del tiempo, por lo rápido que se nos va, por lo poco que nos dura. Y esto nos genera una nostalgia instantánea con cada momento que se nos va de las manos, cada instante que vivimos que pasa tan rápido y que pocas veces valoramos como se debe.
Si algo me ha enseñado el mar, es que se tienen que tomar las olas como vengan. No tratando de domarlas, sino siendo parte de ellas. Sintiendo la naturaleza con la que nos llevan a la orilla, y siendo parte del recorrido.
Y me he dado cuento que justo esto mismo me pide el tiempo. Dejarme llevar.
Tratamos de hacer que la vida permanezca, que el tiempo no se nos vaya de las manos, que todo dure un poco mas, sin darnos cuenta que la vida es un instante y eres parte esencial de cada momento en él.
Cada año es solo una ola mas, parte de un océano inmenso.
Viajero te deseo muchas olas, mucha vida, mucho mar.
Feliz cambio de ola.
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